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Identifican a policías como autores de masacre en favela de Río

Entre los involucrados están al menos tres miembros de la Policía Militar, dos policías civiles y un bombero, señalaron fuentes oficiales.


Autoridades de Río de Janeiro dijeron este jueves que varios policías activos forman parte de la banda paramilitar que el miércoles asesinó a siete personas inocentes en una favela de la ciudad, en un nuevo caso con oscuros ribetes políticos y criminales.



Ya fueron identificados 10 de los 17 participantes en la masacre ocurrida en la barriada de Barbante, Campo Grande, zona oeste de Río, según informó a periodistas el comisario Marcus Neves, de la policía de ésa localidad.



Entre los identificados y con orden de detención están al menos tres miembros de la Policía Militar, dos policías civiles y un bombero, dijo Neves.



Según el comisario, la ocupación de la favela tuvo el objetivo de favorecer a políticos vinculados a la milicia y que son candidatos a cargos de concejal en las próximas elecciones de octubre, además de hacer recaer la culpa en los narcos.



El líder del grupo de 17 hombres que entró disparando a la favela la noche del miércoles sería el ex policía Luciano Guimaraes, hijo de un concejal de la ciudad de Río de Janeiro, Jeronimo Guimaraes (Jerominho), ya preso acusado de comandar bandas paramilitares.



El supuesto jefe supremo de la banda de milicianos del oeste del área metropolitana de Río es el diputado regional Natalino Guimaraes, arrestado hace algunas semanas, hermano de Jeronimo y tío de Luciano Guimaraes», según las autoridades.



«El hijo de Jerominho hizo todo para impresionar a la comunidad y hacerle creer que, sin la milicia, la favela será blanco fácil para que los narcotraficantes entren a cada instante a cometer barbaries contra los moradores», afirmó Neves a periodistas y precisó que ninguna de las víctimas tenía antecedentes criminales, todos eran trabajadores, agregó el comisario.



Las autoridades también estiman que el propósito de la masacre fue echarle la culpa a bandas de narcotraficantes comunes, que se disputan el control de las favelas de la zona.



Los asesinatos del miércoles fueron ejecutados de manera aleatoria por el grupo de «milicianos», que llegó disparando contra quienes encontraban a su paso en la favela de Barbante.



Los grupos para policiales, formados por agentes activos y retirados y también conocidos en el pasado como «escuadrones de la muerte», son acusados de extorsionar a los vecinos de las comunidades pobres a cambio de «seguridad».



También se disputan, con las organizaciones de narcos que controlan la mayoría de las barriadas, los lucrativos negocios del tráfico de armas y de drogas.



Según cifras oficiales del gobierno del estado de Río, las milicias controlan casi 200 favelas e intentan extender su dominio hacia nuevas áreas, especialmente en algunas de las 500 barriadas en manos de narcotraficantes fuertemente armados.



EFE

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