El próximo viernes está dispuesto que el otrora líder serbobosnio acuda al tribunal para señalar si se considera inocente o culpable de once cargos, entre ellos los de genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad presuntamente cometidos durante la guerra de Bosnia (1992-1995).
El ex líder serbobosnio Radovan Karadzic considera que no tendrá un juicio justo, ya que ha sido demonizado por EEUU hasta un nivel que la presunción de inocencia «ha quedado reducida a un chiste».
«Las bases para un juicio justo han sido destruidas completamente», afirma Karadzic en un documento presentado al Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) el pasado domingo y divulgado hoy.
Karadzic acudirá el próximo viernes al tribunal para señalar si se considera inocente o culpable de los once cargos -entre ellos los de genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad presuntamente cometidos durante la guerra de Bosnia (1992-1995)- de que le acusa la corte, después de que en su primera comparecencia judicial rechazara responder a esa cuestión.
En el documento divulgado este martes, el acusado afirma que «nadie en el mundo cree que haya una posibilidad de un veredicto de inocencia».
Añade que el acuerdo que asegura haber alcanzado en 1995 con EEUU para darle inmunidad le obligaba a dejar los cargos oficiales y a no hablar en público, mientras que se inició una campaña de «demonización sistemática, continua y total de mi persona», lo que ha hecho que el tribunal esté predispuesto contra él.
Por ello, Karadzic indica que mantiene su posición de que esta predisposición se solucione «antes de que continúe» el procedimiento en su contra.
Radovan Karadzic fue detenido en los alrededores de Belgrado el 21 de julio, después de casi trece años prófugo, y transferido a La Haya el 30 de ese mismo mes.
Entre los cargos más importantes de los que se le acusa, figuran la autoría intelectual de la matanza de unos 8.000 musulmanes en la ciudad de Srebrenica, en julio de 1995, cuando las tropas serbobosnias conquistaron ese enclave oriental bosnio, entonces protegido por la ONU.
EFE
