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Ecuador espera que Uribe muestre coherencia para reanudar relaciones

«Si el Gobierno del presidente Uribe empieza a mostrar constancia y coherencia en su posición respecto del Ecuador, creo que evidentemente habrá caminos viables para restablecer las relaciones», sostuvo la canciller María Isabel Salvador.


El Gobierno de Quito espera que el presidente colombiano, Álvaro Uribe, demuestre «constancia y coherencia» en su trato con Ecuador, para explorar caminos que lleven a una normalización de las relaciones bilaterales, rotas desde el pasado 3 de marzo.



Así lo afirmó este miércoles la canciller ecuatoriana, María Isabel Salvador, que recorrió la frontera costera con Colombia, junto a varios corresponsales de medios internacionales de información.



«Si el Gobierno del presidente Uribe empieza a mostrar constancia y coherencia en su posición respecto del Ecuador, creo que evidentemente habrá caminos viables para restablecer las relaciones», sostuvo Salvador.



Ecuador, dijo, ha reclamado a Colombia que ponga fin a la «campaña mediática» que desató contra el Ejecutivo ecuatoriano, a raíz del ataque militar colombiano contra un campamento de las rebeldes FARC en territorio de Ecuador, ocurrido el 1 de marzo.



Tres días después de ese suceso, Quito rompió sus relaciones diplomáticas con Colombia, por considerar a esa operación como una violación a su soberanía nacional y de los acuerdos militares y de cooperación bilateral.



Colombia, que pidió disculpas por la operación, acusó al Gobierno ecuatoriano de tener presuntos vínculos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), extremo que ha sido negado enfáticamente por el Ejecutivo de Quito.



«En estos últimos dos meses o mes y medio, hemos vuelto a un cauce un poco más tranquilo» entre los dos países, gracias, dijo, a varias declaraciones del nuevo canciller colombiano, Jaime Bermúdez, «que han dado algo de tranquilidad», admitió la Canciller.



«Tenemos la esperanza de que todo va a ir mejorando y que se pueda conversar con mayor tranquilidad», señaló Salvador, aunque remarcó que las últimas declaraciones tranquilizadoras desde Colombia, «no son suficientes» para restablecer el nivel de confianza que aspira Ecuador.



«Para nosotros es fundamental que el Gobierno de Colombia demuestre seriedad en sus propuestas, en sus compromisos», añadió la canciller, tras señalar que la reanudación de las relaciones diplomáticas con Colombia es un proceso difícil y que «toma tiempo».



Recordó que el espacio de conversación de Ecuador con Colombia, en este periodo de ruptura de relaciones, es la Organización de Estados Americanos (OEA).



Anunció que, en el marco de los buenos oficios propuestos por la OEA para acercar las posiciones de Ecuador y Colombia, «en las próximas semanas habrá una reunión a nivel de vicecancilleres» de ambos países, aunque no precisó la fecha ni el lugar de dicha cita.



Asimismo, recordó que los avances en la relación bilateral se ha dado en el sector militar, donde se han acordado poner en vigor unas cartillas de seguridad para evitar que se produzcan eventuales incidentes en la zona fronteriza.



Salvador indicó que las Fuerzas Armadas de su país mantienen unos 11.000 militares para resguardar la zona fronteriza y controlar y combatir el eventual paso de grupos armados irregulares de Colombia hacia territorio ecuatoriano.



No obstante, la canciller recalcó que en el lado colombiano de la frontera no existe presencia militar de Colombia, lo que perjudica a los esfuerzos de Ecuador para controlar el paso de irregulares.



«Insisto en la necesidad del compromiso que requerimos de Colombia para que cumpla su parte de responsabilidad en el tema» y refuerce su presencia militar en la frontera, para impedir que pasen subversivos a Ecuador, añadió Salvador.



La canciller ecuatoriana también reiteró que en el lado colombiano de la frontera hay una presencia más visible de grupos irregulares armados, antes que del Ejército de Colombia.



Apuntó que no sólo hay presencia de miembros de las FARC, sino también de paramilitares y de bandas organizadas de delincuentes.



Para Salvador, incluso la presencia de paramilitares ha generado un mayor temor en las poblaciones fronterizas que las propias FARC.



EFE

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