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Fidel Castro compara huracán «Gustav» con la bomba atómica de Hiroshima

También se refiere a la campaña presidencial en Estados Unidos y afirma que el presidente, George W. Bush, y el vicepresidente, Dick Cheney, «han sido casi marginados de la campaña republicana por guerreristas e indeseables».



El ex presidente cubano Fidel Castro afirma en un artículo difundido este miércoles que los efectos dejados por el huracán «Gustav» a su paso, el sábado, por la Isla de la Juventud son comparables a los de la bomba atómica lanzada en 1945 sobre la ciudad japonesa de Hiroshima.



«Con toda franqueza me atrevo a decir que las fotos y vistas fílmicas, me recordaban la desolación que vi cuando visité Hiroshima, que fue víctima del ataque con la primera bomba atómica en agosto de 1945», dice Castro en un artículo titulado «un golpe nuclear», publicado hoy en los medios oficiales.



El ex presidente, de 82 años, afirma que «ahora la batalla es alimentar a las víctimas del huracán» y que Cuba necesita «no menos de 1,5 millones» de viviendas preparadas para soportar ciclones para 3,5 millones de familias.



«Tal esfuerzo debe salir del trabajo del pueblo. Nadie lo puede hacer por nosotros», señala Fidel Castro, convaleciente de una grave enfermedad intestinal desde julio de 2006 que le obligó a abandonar el poder en febrero pasado.



Castro dice que «los bienes no salen de la nada», que «compartir implica sacrificios» y pide que los cubanos no se den «el lujo de olvidarlo dentro de unos días».



«El hecho adverso debe servir para trabajar con más eficiencia cada día y el empleo justo y racional de cada gramo de material. Tenemos que luchar contra nuestras superficialidades y egoísmos», señala.



«Cien millones de dólares -continúa- significan sólo nueve dólares por habitante, y necesitamos mucho más. Necesitamos 30 veces, 40 veces esa cifra sólo para paliar nuestras necesidades más elementales».



Sobre Bush



El ex presidente también se refiere a la campaña presidencial en Estados Unidos y afirma que el presidente, George W. Bush, y el vicepresidente, Dick Cheney, «han sido casi marginados de la campaña republicana por guerreristas e indeseables».



Afirma que «el imperialismo desarrollado terminará matando a todos los que intenten penetrar sin permiso dentro de su territorio para convertirse en esclavos asalariados y consumir algo» y que Cuba continuará «desarrollando la solidaridad», el «mayor recurso dentro y fuera de la patria».



EFE

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