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Sara Palin, candidata a la vicepresidencia en Estados Unidos

La gobernadora de Alaska, intervino esta noche ante la Convención Republicana en St Paul (Minesota), en un discurso en el que aceptó la candidatura de su partido a la vicepresidencia y que fue recibido con el delirio de los 2.400 delegados.


La candidata republicana a la vicepresidencia de EE.UU., Sarah Palin, se presentó hoy como una persona normal y corriente que quiere llegar a la Casa Blanca «para servir al pueblo de este país».



Al menos tres minutos de aplauso acogieron a la gobernadora antes de que comenzara un discurso, en el que afirmó que: «acepto el desafío de una dura lucha electoral», dijo Palin, elegida la semana pasada por sorpresa para ser la «número dos» de John McCain.



El discurso era, sin duda, el más esperado hasta ahora en la Convención.



Suponía la oportunidad de la gobernadora, una completa desconocida hasta ahora, para presentarse ante el público y responder a una serie de revelaciones sobre su vida, entre ellas el embarazo de su hija de 17 años, que han suscitado interrogantes sobre su experiencia y el proceso que se siguió para seleccionarla.



Sus cinco hijos y su esposo, Todd, se encontraban presentes en el Xcel Energy Center de St Paul, donde se celebra la Convención, y fueron ovacionados en varias ocasiones.



Acerca de las recientes críticas, Palin, quien antes de ser gobernadora fue alcaldesa de la localidad de Wasilla, de menos de 7.000 habitantes, asegura: «he aprendido en los últimos días que si uno no es miembro de la elite de Washington, algunos en la prensa consideran que el candidato carece de cualificaciones solo por eso».



«Pero yo no voy a Washington para recibir su buena opinión, voy a Washington para servir a la gente de este país», sostuvo.



En su discurso, Palin, con un sencillo recogido en el pelo, una chaqueta beige y falda negra, y perlas rosadas, se presentó como una mujer corriente, que combina las tareas en la asociación de padres de familia de la escuela de sus hijos con un trabajo.



«Nuestra familia tiene los mismos altibajos que cualquier otra… los mismos desafíos y las mismas alegrías», declaró la gobernadora, cuyo hijo pequeño, Trig, de cuatro meses, padece síndrome de Down.



Palin exhibió también las credenciales de reformista con las que ha irrumpido en la campaña: «la política no es sólo un juego de partidos e intereses que se enfrentan. La razón correcta es desafiar el poder establecido, servir el bien común y dejar el país mejor que como lo encontramos».



«Prometo a todos los estadounidenses que me comportaré según ese espíritu como vicepresidente. Es el espíritu que me llevó a ser gobernadora, cuando arremetí contra la vieja política de siempre (en Alaska), cuando acometí contra los intereses especiales, los cabilderos, las grandes petroleras y las redes de amiguismo», sostuvo.



Sobre McCain, que el viernes anunció en medio de una sorpresa generalizada su selección de la gobernadora, Palin afirmó que «en la política, hay ciertos candidatos que usan el cambio para promover sus carreras».



«Y hay otros, como John McCain, que usan sus carreras para promover el cambio», agregó.



La candidata defendió también su historial, que los demócratas han considerado demasiado escaso para el cargo al que aspira.



Los republicanos también acusan al aspirante presidencial demócrata, Barack Obama, un antiguo activista comunitario, de carecer de la experiencia necesaria.



«Supongo que ser alcaldesa de un sitio pequeño es un poco como ser un activista comunitario, excepto que sí se tienen responsabilidades de verdad», aseguró Palin.



Los ataques contra Obama no quedaron ahí. «Es un hombre que ha escrito dos libros de memorias pero ni una sola ley o reforma importante, ni siquiera en el Senado estatal» de Illinois, donde comenzó su carrera política.



«Un gran orador puede inspirarnos con sus palabras durante una temporada. John McCain nos ha inspirado con sus actos durante toda una vida», afirmó la gobernadora, ante los aplausos entusiastas, por enésima vez, del público.



Pero la ovación que batió los récords se produjo cuando, al final del discurso, la familia Palin se presentó al completo en el escenario, bajo la imagen de una enorme bandera estadounidense.



John McCain se sumó a ellos mientras los delegados no paraban de vitorear. «¿A qué he acertado con mi selección de vicepresidente? ¡Qué familia más linda!», dijo el candidato.



EFE

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