El presidente francés, Nicolás Sarkozy compareció en una rueda de prensa en Damasco junto con el presidente sirio, Bachar al Asad, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, y el emir qatarí, jeque Hamad bin Jalifa al Zani, después de mantener una reunión con ellos en la que abordaron la situación actual del mundo árabe.
Sarkozy, aseguró hoy que no se arrepiente de haber abierto la puerta a Siria para que salga de su aislamiento internacional y dijo que el motivo de su visita es animar a los sirios a firmar la paz con Israel.
«Francia busca la paz en Oriente Medio. Animamos a Siria a trabajar por la paz con Israel», dijo Sarkozy.
El presidente francés señaló que los países occidentales necesitan a Siria para que convenza a Irán, su mayor aliado en la región, de que cambie su política nuclear.
Asimismo, Sarkozy descartó que EEUU esté irritado por que su visita, la primera de un mandatario occidental a este país desde hace cinco años, haya significado la ruptura del aislamiento internacional al que estaba sometido Damasco.
«Los estadounidenses saben que estamos aquí. No creo que se sientan disgustados, ya que necesitamos que Siria desempeñe un papel», argumentó.
Según el jefe de Estado francés, su país ha adoptado una posición neutral en el Líbano para poder promover la paz y la reconciliación entre las facciones y comunidades libanesas.
En ese sentido, Al Asad anunció en su intervención que Siria y el Líbano intercambiarán embajadores antes del final de este año.
«Estamos en proceso de cerrar las condiciones legales, y creo que en unos pocos meses nombraremos embajadores, probablemente antes de final de año», dijo el sirio.
«El Líbano ha sido un asunto prioritario en la reunión de hoy, y nos sentimos satisfechos por los resultados que hemos obtenido allí. Sin embargo, todavía esperamos que se den ciertos pasos por parte de los libaneses hacia un diálogo nacional», agregó.
Mientras, Erdogan expresó su confianza en que el sucesor del primer ministro israelí, Ehud Olmert, al frente del gobierno continúe con este proceso, que hasta el momento ha consistido en negociaciones indirectas a través de Turquía.
Esa expresión de confianza se vio empañada por el anuncio que hizo Al Asad de que la próxima reunión de negociaciones indirectas entre su país e Israel, que se iba a celebrar en Turquía, ha sido aplazada por la renuncia del jefe del equipo negociador israelí.
Por su parte, el qatarí Al Zani, cuyo país medió para resolver la crisis libanesa el pasado mes de mayo, describió la cumbre de hoy como un intento de resolver los conflictos y problemas de la región.
«Esto no es un eje. Cualquier país que se quiera unir a nosotros será bienvenido», aseguró el jefe de Estado del rico país petrolero en el Golfo Pérsico, que se ha convertido en un importante actor regional como mediador.
EFE
