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Bush congela plan nuclear con Rusia como medida punitiva por Georgia

El Gobierno de Estados Unidos informó a Moscú de la decisión del presidente la semana pasada a través de su embajada, por lo que el anuncio de hoy no tomó por sorpresa a Rusia.



El Gobierno de EE.UU. emprendió la primera medida punitiva contra Moscú por su ofensiva militar en Georgia, al retirar el acuerdo de cooperación nuclear que tenía con Rusia y que estaba pendiente de aprobación en el Congreso.



El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, notificó este lunes al Congreso que ya no puede recomendar la aprobación del acuerdo «a la vista de recientes acciones del Gobierno (ruso), incompatibles con una relación pacífica con su vecina, soberana y democrática, Georgia».



La decisión del Gobierno se produce dentro del proceso de revaluación de sus relaciones con Rusia que inició poco después de que Moscú invadiera Georgia, una acción que calificó de «inaceptable», «injustificable» y un desafío a la soberanía y la integridad territorial de su gran aliado en el Cáucaso.



Es la primera medida punitiva tangible que impone Washington contra Moscú, y supone pasar por primera vez de las palabras de condena a la ofensiva militar a la acción, si bien las consecuencias para Rusia no son tan graves como se pudiera pensar.



El pacto, denominado Acuerdo 123, queda «congelado» pero no enterrado definitivamente, dado que el Gobierno ha dejado claro que reconsiderará su decisión en un futuro si las «circunstancias lo permiten», según indicó Bush en su notificación al Congreso.



El acuerdo, enviado por el presidente el 13 de mayo al Congreso para su aprobación después de dos años de negociaciones, probablemente no hubiera podido ser aprobado por el Congreso en lo que queda de año y de mandato para Bush.



Varios legisladores ya expresaron sus preocupaciones sobre el acuerdo antes del conflicto armado entre Rusia y Georgia por la región separatista georgiana de Osetia del Sur, pero después de la ofensiva militar de Moscú, el pacto tenía todas las de fracasar.



En este sentido, aunque la decisión del Gobierno es vista como una medida punitiva contra Rusia, también es una manera de salvar el acuerdo para el futuro, ya que en el caso de que hubiera sido rechazado por el Congreso habría sido difícil rescatarlo.



Aunque las palabras de Bush explican claramente la razón por la que decidió congelar el acuerdo, el Departamento de Estado fue más diplomático y no se refirió explícitamente a la invasión rusa en Georgia como detonante de la suspensión del pacto.



«Tomamos esta decisión con pena. Desafortunadamente, dado el ambiente actual, no es el momento adecuado para este acuerdo. Revaluaremos la situación más adelante mientras seguimos los acontecimientos de cerca», señaló la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, en un comunicado.



El Gobierno de Estados Unidos informó a Moscú de la decisión del presidente la semana pasada a través de su embajada, por lo que el anuncio de hoy no tomó por sorpresa a Rusia.



El portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, afirmó en su rueda de prensa diaria que en la decisión de Bush influyó «un número de acontecimientos que han ocurrido con Rusia durante un periodo de tiempo» y que causaron «profundas preocupaciones».



EFE

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