La carga explosiva, que estalló anoche, había sido colocada en una habitación situada junto al patio donde los niños solían reunirse para jugar.
Al menos cinco niños han muerto y otros tres han resultado heridos por la explosión de una carga explosiva cuando jugaban en un patio en el sur de Mosul, 400 kilómetros al norte de Bagdad, informaron hoy fuentes policiales.
Según las fuentes, las edades de los menores oscilan entre los seis y los doce años.
Por otro lado, la Policía halló hoy tres cadáveres en las calles de la capital.
Los cuerpos aparecieron con señales de disparos en la cabeza y marcas de tortura, lo que indica que fueron víctimas de la violencia sectaria.
El hallazgo de cadáveres se ha convertido en casi una rutina, y el Gobierno iraquí está llevando a cabo intensos esfuerzos para acabar con estos asesinatos, que casi siempre tienen motivos sectarios (chiíes contra suníes o viceversa).
Esta ola de crímenes comenzó como venganza tras el atentado cometido en febrero de 2006 contra un importante santuario chií en la ciudad suní de Samarra, a 100 kilómetros al norte de Bagdad.
Desde entonces, decenas de personas, tanto chiíes como suníes, son raptadas y más tarde encontradas muertas en las calles de Bagdad y de otras ciudades.
EFE
