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Congresistas republicanos obstaculizan plan de rescate financiero

Un grupo de legisladores republicanos emergió este jueves como el principal impedimento para la aprobación de la iniciativa por 700.000 millones de dólares, después que un grupo bipartidista alcanzara un principio de acuerdo sobre el tema. Justificaron su rechazo señalando que una intervención de tal magnitud »choca con su creencia en el libre mercado». [Actualizada]



El día comenzó con gran optimismo, puesto que un grupo de congresistas de los comités clave de ambas cámaras se puso de acuerdo en las grandes líneas que debería incluir el programa final, que reflejan cambios importantes respecto a la propuesta original de la Casa Blanca.



No obstante, a lo largo del día una minoría de republicanos, especialmente en la Cámara de Representantes, dejó claro su rechazo, porque una intervención de tal magnitud choca con su creencia en el libre mercado.



Para avanzar las negociaciones, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, recibió este jueves a los líderes de ambas cámaras y a los candidatos presidenciales, el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain.



Sin embargo, el encuentro no dio ningún fruto tangible. Al contrario, los republicanos de la Cámara Baja pusieron sobre la mesa un plan totalmente diferente, que propone que el Gobierno ofrezca seguros a los bancos sobre la deuda de mala calidad, en lugar de comprarla directamente.



Richard Shelby, el senador republicano de mayor rango en el Comité de Banca, fue contundente a su salida de la reunión: «No tenemos un acuerdo. Todavía hay un montón de opiniones».



Tanto Mitch McConnell, el líder de los republicanos en el Senado, como John Boehner, el jefe del partido en la Cámara Baja, refrendaron la falta de acuerdo.



Bush, por su parte, dijo esperar que se pueda llegar a un acuerdo «muy pronto».



El demócrata Christopher Dodd, que preside el Comité de Banca del Senado, mostró su descontento con los obstáculos que están poniendo los republicanos, y aseguró en declaraciones a la CNN que, con su postura, no buscan «un rescate financiero, sino una operación de rescate de la campaña de John McCain».



Por su parte, Obama advirtió de que la presencia de los candidatos en las «delicadas» conversaciones «puede crear más problemas, en lugar de resolverlos».



McCain suspendió esta semana sus actos de campaña para participar en las negociaciones del paquete y ha pedido que se aplace el debate con Obama previsto para mañana.



Después de la reunión en la Casa Blanca, los negociadores del Congreso se reunieron con el secretario del Tesoro, Henry Paulson, para intentar reavivar las negociaciones.



El programa usará un máximo de 700.000 millones de dólares para adquirir títulos de mala calidad a los bancos, principalmente vinculados a hipotecas, que así podrán sanear sus balances y volver a prestar dinero.



El principio de acuerdo anunciado hoy propone autorizar al departamento del Tesoro el uso inmediato de 250.000 millones de dólares y otros 100.000 millones si los necesita.



El Congreso podría retener los otros 350.000 millones si no estuviera satisfecho con el desempeño del programa.



Paulson ha dicho que fraccionar el valor total sería «un grave error», pues el objetivo es dar confianza a los mercados con una dotación contundente de fondos.



El principio de acuerdo también prevé crear un consejo para supervisar el programa y pone límite a los salarios de los ejecutivos de las empresas que se beneficien con la ayuda.



Además, obliga al Tesoro a renegociar las hipotecas que adquiera para ayudar a que no pierdan su casa los propietarios con problemas para pagar las letras.



El plan también estipula que los contribuyentes deberán recibir acciones de las empresas a las que ayuden, para beneficiarse de su recuperación.



Los republicanos y demócratas que negociaron el principio de acuerdo lo anunciaron con gran optimismo.



«Preveo que tendremos un plan que pueda ser aprobado por la Cámara Baja y el Senado, y ser firmado por el presidente y que traiga un sentimiento de certidumbre a esta crisis», afirmó por la mañana el senador republicano Robert Bennett.



Los mercados reaccionaron con júbilo ante el anuncio y el Índice Dow Jones cerró la sesión con una subida de un 1,8 por ciento, tras haber estado a la baja el resto del día.



Eso fue antes de que la minoría republicana recalcitrante expresara su rechazo.



EFE

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