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Guerra en Irak y situación económica marcan debate entre Obama y MacCain

Los candidatos presidenciales de Estados Unidos realizaron este viernes su primer debate con miras a las elecciones en las que se conocerá al próximo inquilino de la Casa Blanca. El »cara a cara» tuvo lugar en medio de la peor crisis financiera que ha afectado a la superpotencia en las últimas décadas. La forma de cómo abordar una reforma fiscal y las relaciones con los países que integran el "Eje del mal" acapararon este intercambio de opiniones televisado que tuvo lugar en la Universidad de


Los candidatos presidenciales de Estados Unidos, el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain, difirieron este viernes en la reforma fiscal.



A preguntas del moderador, el periodista de la cadena pública PBS Jim Lehrer, Obama afirmó que si llega a la presidencia recortará los impuestos para los ciudadanos con una renta inferior a los 250.000 dólares anuales, el 95 por ciento de la población.



Obama afirmó que esos recortes darán un mayor desahogo económico a los ciudadanos y, por consiguiente, harán crecer a la economía, «en lugar de la política que hemos tenido hasta ahora de recortar impuestos a los más pudientes y tener la esperanza de que las ganancias de los más ricos se filtren a las clases inferiores».



Por su parte, McCain acusó a su rival de querer aumentar los impuestos y, en particular, a las empresas, que, según él, ya padecen algunas de las cargas fiscales más altas del mundo. También afirmó que el demócrata aumentaría el gasto de Hacienda en cerca de 100.000 millones de dólares en nuevas partidas presupuestarias.



«Quiero mantener los impuestos bajos», afirmó McCain, partidario de mantener los recortes fiscales aprobados por la Administración del presidente George W Bush.



El candidato republicano arremetió también contra los gastos presupuestarios conocidos como «earmarks», las partidas para proyectos muy específicos que los legisladores incluyen en proyectos de ley a menudo no relacionados.



Según McCain, estas partidas suman en torno a los 18.000 millones de dólares anuales y esos gastos bajo su presidencia «van a quedar bajo control». «Voy a vetar cada proyecto de ley que los incluya y voy a denunciar a sus responsables», aseguró.



Obama replicó que 18.000 millones de dólares es «una cantidad sustancial, y debemos asegurarnos de que no se producen gastos innecesarios, pero no es una cifra que vaya a devolver la salud económica a la clase media».



Política hacia Rusia



En el plano internacional el republicano, John McCain, acusó a su rival demócrata, Barack Obama, de «ingenuidad» en su política hacia Rusia, en su primer debate presidencial.



Rusia, según McCain, es un país que «cometió una grave agresión» contra un país vecino independiente, Georgia, y que se encuentra bajo el control de la KGB -los servicios secretos- y «apparatchik», funcionarios del antiguo régimen comunista.



«Yo he mirado a los ojos a (el ex presidente ruso y actual primer ministro, Vladimir) Putin y vi tres letras: K, G, B», afirmó el republicano, parafraseando la frase del presidente George W. Bush, que indicó que había mirado a los ojos a ese mandatario y había visto su alma.



McCain lanzó un duro ataque contra Moscú, al que acusó de «querer recuperar su imperio» soviético y aseguró que la guerra contra Georgia tenía un trasfondo energético, debido al paso por esa república del oleoducto Ceyhan-Tiflis-Bakú.



«Las intenciones de Rusia estaban muy claras» desde hace tiempo en Georgia, apuntó el candidato republicano, que advirtió de que Ucrania podría ser el próximo objetivo pues, entre otras cosas, Rusia busca recuperar la península de Crimea donde tiene su base la flota del Mar Negro y que Stalin cedió a Ucrania.



En este sentido, expresó su completo apoyo a las aspiraciones de Kiev y Tiflis para entrar en la ONU y sostuvo que: «debemos dejar claro a Ucrania que tiene en nosotros un amigo y un aliado».



Obama, por su parte, se mostró de acuerdo en que Georgia y Ucrania deben recibir «de inmediato» una «hoja de ruta» para su ingreso en la Alianza Atlántica. La OTAN se comprometió durante su cumbre del pasado abril en Bucarest a ofrecer ese plan de ingreso en el futuro.



Asimismo Barack Obama defendió su derecho, si logra la presidencia de EE.UU., de sentarse a negociar «con quien considere y en el momento que desee», después de que John McCain, lo acusara de querer negociar «sin condiciones previas» con mandatarios hostiles.



«Barack Obama ha dicho en anteriores debates que se sentaría a negociar sin condiciones previas con líderes como el cubano Raúl Castro, el venezolano Hugo Chávez, o el iraní Mahmud Ahmadineyad, quien hoy, por cierto, en la ONU habló de exterminar al estado de Irael», afirmó McCain.



Obama le contestó que: «como presidente de EE.UU. tengo el derecho de reunirme con la persona que considere, en el momento que considere, si con ello creo que mantengo el país más a salvo».



Además, el senador por Illinois reprochó a McCain que en una entrevista dijera hace unos días que no sabe si se reuniría con el presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, pese a que su país es un aliado de la OTAN.



El senador demócrata insistió en que sentarse a negociar sin condiciones no supone que «no haya una preparación previa» del acercamiento de EE.UU. a estos países, con contactos a más bajo nivel, tal y como defiende precisamente el ex secretario de Estado Henry Kissinger, uno de los asesores de la administración Bush.



Con respecto a Irán, Obama reconoció que este país asiático ha ido ganando influencia en los últimos tiempos, pero dijo que es necesario que: «exploremos la posibilidad de iniciar contactos diplomáticos», porque «no nos podemos permitir una guerra nuclear».



Para McCain, estos contactos con Ahmadineyad solo servirían para «dar legitimidad a la plataforma de propaganda de Irán, que solo busca justificar la exterminación del Estado de Israel».



McCain defiende éxito Irak, y Obama denuncia derroche y desatino



La guerra de Irak protagonizó uno de los enfrentamientos en el debate entre McCain, que defiende que ha sido un éxito, y el demócrata Barack Obama, que considera que se ha producido con un gran derroche y desatino.



McCain, héroe de guerra de Vietnam, defendió la guerra de Irak, que ha permitido «traer paz y estabilidad» al país árabe, y destacó que las tropas tienen que volver a casa, con «victoria y con honor».



No obstante, reconoció que el próximo presidente del país tendrá que decidir «cómo y cuándo regresan las tropas», pero McCain dejó claro que debe ser cuando «se alcance el éxito militar».



El republicano subrayó que «hay mucho en juego» y que es necesario estabilizar la región para evitar entre otras cosas un fortalecimiento de Irán.



Obama, que se preguntó «por qué fuimos a Irak», destacó que: «ojalá hubiera estado en un error cuando me opuse a la guerra», y subrayó que se han gastado hasta ahora 600.000 millones de dólares, se han perdido 4.000 vidas, y hay más de 40.000 heridos.



El demócrata insistió en su promesa de iniciar la retirada de tropas, de manera progresiva y responsable, 16 meses después de llegar a la Casa Blanca, con objeto de poder destinar recursos a otros conflictos, como el de Afganistán, porque: «no hemos vencido todavía a Al Qaeda».

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