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Lula culpa a grandes empresas brasileñas que pierden con bajada del real

El mandatario insistió en que la crisis no alcanzará a Brasil y negó la necesidad de aplicar algún paquete para hacerle frente.


El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, minimizó este sábado los primeros impactos de la crisis internacional en dos emblemáticas empresas del país, a las que acusó de haber querido especular contra el real.



«Estoy percibiendo que Sadia y Aracruz estaban especulando contra la moneda brasileña. Por lo tanto ellas practicaron ese perjuicio por cuenta propia, por avaricia», dijo Lula en el interior de Sao Paulo durante un acto electoral.



Aracruz es la principal exportadora mundial de celulosa de eucalipto y Sadia es la principal productora y exportadora brasileña de alimentos industrializados, de origen vegetal y animal.



Las dos empresas admitieron esta semana que perdieron centenares de millones de dólares en contratos cambiarios con precios a futuro negociados en los mercados bursátiles.



Esos contratos, que sirven para comprar la divisa extranjera con un precio prefijado, han sido usados por exportadores brasileños en los últimos años para protegerse de lo que hasta hace un mes era una constante revalorización del real frente al dólar.



«Eso es problema de ellas que intentaron especular de forma poco recomendable», agregó Lula en un discurso en la ciudad de San Bernardo do Campo, donde apoyó a su candidato a alcalde para las elecciones de mañana, el ex ministro del Trabajo Luiz Marinho.



Desde que se agudizó la crisis en septiembre pasado hasta el viernes, el real brasileño ha retrocedido cerca del 22 por ciento, lo que ha «quemado las manos» de inversionistas que hasta hace poco apostaban a que real fuerte resistiría los embates.



«Es importante recordar que esas empresas, en el fondo en el fondo, estaban especulando contra la moneda brasileña», según Lula.



El 98 por ciento de los ingresos de Aracruz son en dólares y el 75 por ciento de sus costos son en reales. La empresa ayer reconoció pérdidas por 1.950 millones de reales (unos 975 millones de dólares al cambio de ayer) en los contratos cambiarios con los que esperaba protegerse.



Por su parte, Sadia reconoció pérdidas por unos 390 millones de dólares también con contratos futuros de cambio, una cifra superior a todas sus ganancias de 2007.



Las acciones de ambas empresas se han derrumbado estrepitosamente en la bolsa de valores de Sao Paulo.



Lula insistió en que la crisis no alcanzará a Brasil y negó la necesidad de aplicar algún paquete para hacerle frente.



«No faltará dinero para financiar las obras estructurales y para exportadores de empresas que están invirtiendo», prometió hoy.



También dijo que llamaría a su colega de Estados Unidos, George Bush, para brindarle su «solidaridad» y felicitarlo por la aprobación del programa de 700.000 millones de dólares para ayudar a los bancos estadounidenses.



«El pueblo puede quedarse tranquilo, que no habrá paquete. Pero no podemos quedarnos mirando al cielo, llorando y esperando que Bush resuelva la crisis», afirmó Lula.



La crisis «allá es un tsunami, y aquí va a llegar es una olita que no va a alcanzar ni para surfear», agregó, e insistió en que Estados Unidos le abrió un boquete al sistema financiero internacional con «la usura» y el «casino» que fue hecho desde los bancos.



Mientras tanto, grandes ensambladoras de automóviles como la estadounidense General Motors y la italiana Fiat han anunciado por separado que darán vacaciones colectivas de entre 10 y 30 días a partir de finales de octubre a más de 10.000 de sus trabajadores.



La decisión se contradice con un mercado que hasta el mes pasado estaba recalentado, con ventas internas que crecían 25 por ciento impulsadas por la copiosa disponibilidad de créditos a largo plazo.



Los sindicatos metalúrgicos de Sao Paulo atribuyen el receso a los primeros efectos de la crisis internacional.



Lula mantuvo hoy su proverbial optimismo. Las vacaciones colectivas de las ensambladoras, dijo, «tal vez hagan parte de una estrategia, para el año que viene trabajar a todo vapor», afirmó.



EFE

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