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O. J. Simpson puede afrontar cadena perpetua tras declarado culpable

En Estados Unidos el atraco a mano armada está castigado con mínimo de dos años de cárcel hasta un máximo de 30 y el secuestro con penas que van desde los cinco años hasta la cadena perpetua.


El ex jugador de fútbol americano O.J. Simpson, famoso por sus triunfos deportivos, sus incursiones en el cine y por el juicio por el asesinato de su ex esposa del que salió libre, podría ser condenado a cadena perpetua tras ser declarado culpable en Las Vegas de asalto, secuestro y robo a mano armada.



Simpson, de 61 años, podría pasar el resto de su vida en prisión junto con su compañero de golf Clarence Stewart, de 54, también declarado culpable de doce cargos por el atraco a mano armada a dos vendedores de artículos deportivos de colección en Las Vegas en septiembre del 2007.



Después de tres semanas de un juicio en el que testificaron una veintena de personas, el jurado -compuesto por nueve mujeres y tres hombres- emitió su veredicto por unanimidad.



La titular del juzgado del distrito Jackie Glass ahora debe fijar la condena que, aunque se preveía que llegara en un plazo 30 días, se aplazará hasta el 5 de diciembre, a petición de la defensa.



Simpson, que estuvo todo el juicio tranquilo, se mostró emocionado cuando el ayudante del juez leyó el veredicto.



El veredicto llega 13 años después de que Simpson saliera impune del juicio que se siguió contra él en Los Ángeles por el asesinado de su ex esposa, Nicole Brown, y un amigo de esta, Ronald Goldman.



Fue uno de los juicios más seguidos en la historia de EEUU, pues abrió serias dudas sobre el sistema policial y el racismo latente en EEUU, así como sobre la imparcialidad de los jurados, e hizo tomar consciencia a la sociedad de las diferencias que persistían entre negros y blancos (el acusado era negro y las dos víctimas blancas).



El factor racial fue determinante en el juicio, ya que el abogado defensor cargó las tintas sobre el comportamiento racista del principal detective de esta investigación, al que acusó de poner en el lugar pruebas contra su cliente por ser un famoso de raza negra.



El proceso criminal televisado a todas horas en EEUU, se convirtió en un espectáculo mediático, que puso en solfa el sistema de jurado cuando éste, de mayoría negra, absolvió al acusado.



Las encuestas de la época indicaron que el caso Simpson se convirtió en causa común para muchos negros, y había agravado las diferencias con los blancos, que en su mayoría consideraban el veredicto injusto y motivado por la solidaridad de raza.



El propio presidente Bill Clinton tuvo, tras el veredicto, que pedir respeto al sistema judicial y apelar a la unidad de la nación.



Simpson fue hallado después culpable en un juicio civil y esto, sumado a la publicación el año pasado del libro «If I Did It» (Si yo lo hubiera hecho) en el que de manera ficticia describe cómo los habría matado, continuó sembrando la duda sobre si lo hizo o no.



Una sombra que según del abogado de Simpson, Yale Galanter, ha tenido que ver en esta sentencia, que considera una revancha por aquel juicio, y que ya ha anunciado que apelará.



(En el Jurado de Las Vegas no había negros; en cambio había una mayoría de mujeres y el caso O.J. Simpson dio también lugar en su día a un debate sobre violencia de género, pues el deportista supuestamente había maltratado repetidas veces a su ex mujer)



«El veredicto no fue una sorpresa. Sabíamos lo que iba a pasar», dijo Galanter, quien aseguró que los miembros del jurado estaban predispuestos a declarar culpable a Simpson.



El caso por el que se le juzgó esta vez es el robo que perpetró con varios acompañantes a un vendedor de artículos deportivos que poseía objetos firmados por Simpson de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL, por sus siglas en inglés).



El vendedor, Bruce Fremong, reconoció que había concertado una entrevista con un comprador anónimo, y en lugar de este apareció Simpson, quien le reclamó que esos artículos le pertenecían.



En su declaración Freemong dijo que Simpson empezó a gritar: «¡Ésta es toda mi mierda! Todo esto me pertenece. Tú me la has robado. Recojamos todo y salgamos de aquí».



Durante la disputa, uno de los cómplices de Simpson apuntó con una pistola al rostro de Fremong, según éste, y le gritó: «Te voy a disparar en el culo».



La defensa de Simpson dijo durante el juicio que el jugador fue al hotel sólo para recuperar las pertenencias que le habían sido robadas y que no sabía que sus compañeros iban armados.



Cuatro de las personas que acompañaban a Simpson -Charles Cashmore, Walter «Goldie» Alexander, Michael «Spencer» McClinton y Charles Ehrlich- se declararon culpables de cargos menores y accedieron a testificar contra el ex jugador de fútbol americano.



En Estados Unidos el atraco a mano armada está castigado con mínimo de dos años de cárcel hasta un máximo de 30 y el secuestro con penas que van desde los cinco años hasta la cadena perpetua.



EFE

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