La Bolsa de Nueva York cerró la semana con un descenso del 1,49 por ciento en el índice Dow Jones de Industriales, tras una sesión muy volátil y con las miradas de los inversores puestas en la cita del Grupo de los Siete (G7) en Washington. El Dow Jones de Industriales, el índice más importante en este mercado, bajó 128 puntos (1,49%), hasta 8.451,19 unidades, tras cerrar con 20 de los 30 valores que lo componen en rojo.
Desde el inicio de la sesión dominó la incertidumbre, pues en los primeros cinco minutos de negociación el Dow Jones cayó un 8,1 por ciento y perdió la cota de los 8.000 puntos, algo que no ocurría desde marzo de 2003.
En tanto el selectivo S&P 500 retrocedió 10,7 puntos (1,18%), hasta 899,22 unidades, y perdió la cota de los 900 puntos, mientras que el índice compuesto NYSE, que agrupa todos los valores cotizados en la Bolsa de Nueva York, bajó 106,04 puntos (1,83%), hasta las 5.704 unidades.
En cambio, el mercado Nasdaq, donde cotiza la mayoría de las empresas de tecnología e informática, avanzó 4,39 puntos (0,27%), hasta 1.649,51 unidades y terminó en territorio positivo tras haber llegado a descender un 6,2 por ciento durante la sesión.
Wall Street vivió una tensa jornada tras las fuertes pérdidas en las principales bolsas asiáticas y europeas: Tokio (-9,62%), Londres (-8,85%), París (-7,73%), Fráncfort (-7,01%), Milán (-7,14%) y Madrid (-9,14%).
La Bolsa de Nueva York osciló durante toda la sesión entre las pérdidas y las ganancias, en una sesión que algunos analistas comparaban con una montaña rusa.
Media hora antes del cierre el Dow Jones volvió a remontar entre vítores de los operadores del parqué neoyorquino y a subir un 3,75 por ciento, pero finalmente cerró en territorio negativo.
Los analistas de Wall Street esperaban ver «una caída libre» de la bolsa en la última media hora de cotización, al igual que ocurrió el jueves, pero ésta finalmente no tuvo lugar.
El Dow Jones, que cerró por octava sesión consecutiva en rojo, no ha terminado en positivo desde el pasado 30 de septiembre.
Los analistas más veteranos se mostraron sorprendidos por el rápido deterioro del Dow Jones esta semana, pues el lunes perdió la cota de los 10.000 puntos, el jueves la de los 9.000 y hoy por unos momentos la de las 8.000 unidades.
Ahora se preguntan si la bolsa ha tocado fondo o si la semana que viene veremos que el Dow Jones se deteriora aún más y pierde el nivel de los 7.500 puntos debido a la falta de confianza en el mercado.
En el conjunto de la semana el Dow Jones y el S&P 500 descendieron ambos un 18,2 por ciento y el Nasdaq un 15,3 por ciento.
Los inversores se muestran a la espera de ver qué medidas adoptarán los ministros de Finanzas y gobernadores del Grupo de los Siete (G7) países más industrializados del mundo contra la crisis financiera.
El problema es que nadie parece saber a ciencia cierta qué hacer después de que ni los recientes paquetes de rescate, ni las inyecciones de liquidez, ni la bajada coordinada de tipos de interés alrededor del mundo hayan logrado calmar a los inversores.
El presidente de EE.UU., George W. Bush, que tiene previsto reunirse mañana con los ministros de economía del G7, hizo un llamado a la calma y se mostró convencido de que su país puede «resolver esta crisis».
Las acciones de General Electric (GE) subieron un 13,1 por ciento hasta los 21,5 dólares, tras presentar unos resultados empresariales en línea con las expectativas de Wall Street.
GE anunció que en los nueve primeros meses del año ganó un 12 por ciento menos y en el tercer trimestre un 22 por ciento menos con respecto al mismo período de 2007.
Los títulos de General Motors, que el jueves terminaron la sesión en su nivel más bajo en 58 años, ganaron un 2,73 por ciento hasta los 4,89 dólares, después de que el fabricante automotriz negó que vaya a declararse en suspensión de pagos.
Las obligaciones a diez años bajaron en el mercado secundario de la deuda y ofrecían una rentabilidad, que se mueve en sentido contrario, del 3,88 por ciento, frente al 3,76 por ciento del cierre del jueves.
