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Los narcos mexicanos extienden sus tentáculos a Europa

Diversas investigaciones han puesto en evidencia los vínculos entre la mafia italiana y el Cártel del Golfo. «La mayoría de la mercancía traficada por mexicanos está destinada al mercado estadounidense, pero parece que la situación está cambiando y que Europa se convierte en un mercado atractivo», advirtió Carel Edwards, jefe de la Unidad Antidrogas de la Comisión Europea, el organismo ejecutivo de la UE.


La Unidad de Antidrogas de la Comisión Europea sigue de cerca a los cárteles mexicanos de la droga ya  que según Carel Edwards «es evidente que están diversificando sus actividades en el exterior».

La misma preocupación la comparte Wolfgang Götz, director del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT), un organismo de la UE con sede en Lisboa, diseñado para analizar la evolución del consumo de drogas entre los europeos.

Incursión trasatlántica

Götz afirma que la saturación del mercado de la droga estadounidense podría estar motivando a los carteles mexicanos a interesarse por Europa, donde se estima que cuatro millones de personas consumieron cocaína durante los últimos 12 meses.

También podría influir la fortaleza del euro frente al dólar. En 2006 el precio de venta al por menor para la cocaína oscilaba entre 50 y 75 euros por gramos en la mayor parte de los países europeos.

Una operación reciente realizada entre Italia, México y EE.UU., denominada «Project Reckoning», certificó la presencia del narco mexicano en territorio europeo.

La investigación comenzó en 2007 y llevó, en septiembre pasado, a la captura de 175 personas -al menos 16 en territorio italiano- vinculadas al Cártel del Golfo.

Según la policía italiana, la organización mafiosa Ndrangheta calabresa importaba diez kilos de cocaína al mes del Cártel del Golfo, para después venderla en varios puntos de Europa.

Los tentáculos

Italia no es el único país europeo que aparece en el tablero operativo de la delincuencia mexicana.

Nueve informes sobre tráfico de drogas elaborados por la policía belga, muestran que los delincuentes mexicanos han extendido sus tentáculos en Europa estableciendo relaciones con mafiosos holandeses, belgas, franceses, españoles, polacos, israelíes y argelinos.

Y como muestra un botón: en 2004, en uno de los mayores operativos antidrogas de Bélgica, fueron decomisados 529 kilogramos de cocaína y capturados siete presuntos criminales de alto nivel, y aunque no había mexicanos entre los detenidos, la investigación demostró que la droga venía de México y que el «cerebro operativo» estaba en ese país.

Para los cárteles mexicanos, Europa no sólo es importante como un mercado de consumo, también lo es como centro de producción de drogas sintéticas y punto de enlace con África y países como India.

Delincuencia global

La Unidad contra las Drogas Sintéticas de la Policía Europea (Europol) tiene indicios de negocios entre grupos delictivos mexicanos y bandas criminales indias y congoleñas para la adquisición de precursores químicos destinados a la elaboración de drogas sintéticas en México.

Europol sigue esta pista mucho más de cerca desde julio de 2006, cuando Bélgica incautó 300 kilogramos de seudoefedrina en una remesa enviada desde la República Democrática del Congo con destino a México.

Para los servicios de inteligencia europeos, este caso ratificó la sospecha de la presencia de traficantes mexicanos en África, quienes estarían interesados en conseguir seudoefedrina para la producción de anfetaminas en México.

Por su parte, el Grupo Dublín, un organismo informal integrado por la UE, Australia, Canadá, Japón, Noruega y EE.UU., que se reúne unas dos veces por año en Bruselas bajo coordinación del Consejo Europeo, ha denunciado exportaciones ilícitas a México de seudoefedrina y otros precursores provenientes de Holanda.

Según el grupo, 40% de los precursores químicos usados para la producción de cocaína en Colombia transitan por México, pero originalmente las sustancias provienen de Europa.

 

 

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