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Gobiernos piden a ecologistas evitar la violencia en protestas contra balleneros japoneses

Australia, Holanda y Nueva Zelanda respetan el derecho de grupos e individuos a protestar pacíficamente, pero condenan cualquier actividad peligrosa o violenta tanto de los manifestantes como de los balleneros, señala una nota conjunta.


Los gobiernos de Australia, Holanda y Nueva Zelanda exigieron este lunes a los conservacionistas que no recurran a la violencia para protestar contra la actividad de los barcos japoneses que cazan ballenas en aguas de la Antártica.

«El Océano del Sur es una región remota e inhóspita donde el riesgo de accidentes es muy alta y la capacidad de rescatar es muy baja», indica el comunicado firmado por los ministros de Exteriores de los tres países.

Australia, Holanda y Nueva Zelanda respetan el derecho de grupos e individuos a protestar pacíficamente, pero condenan cualquier actividad peligrosa o violenta tanto de los manifestantes como de los balleneros, según la nota.

Cada año durante el verano austral, Japón arranca su campaña de captura de cetáceos con «motivos científicos» en aguas del continente helado, mientras los barcos de los ecologistas intentan dificultar la labor de los pesqueros nipones.

A principios de 2008, Camberra y Tokio se acercaron a una crisis diplomática cuando un juez australiano determinó que era ilegal cazar ballenas en la reserva marina declarada por Australia en la Antártida, cuya soberanía no reconoce Japón.

Poco después, un barco del Departamento de Aduanas australiano vigiló y filmó durante semanas las actividades de los balleneros japoneses, que fueron atacados en varias ocasiones por ecologistas de la organización «Sea Shepherd».

La Comisión Ballenera Internacional condena la actividad de los pesqueros nipones, pero Tokio lo ignora y además exige que se levante la moratoria vigente para permitir capturas de cetáceos a pequeña escala.

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