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Portugal: aceleran el envío de ayuda a Madeira

Las autoridades portuguesas han acelerado en las últimas horas el envío de ayuda de emergencia a la isla atlántica de Madeira. El número de muertos a causa de las lluvias torrenciales ascendió a 38. Se estima que hay más de 100 personas heridas.


Estaba previsto que este domingo llegaran a la zona dos barcos que transportan helicópteros y suministros médicos.

Además, según informaron medios portugueses, el ejército ha movilizado a cinco de sus equipos y la Guardia Nacional Republicana portuguesa ha destinado a 56 de sus hombres, que cuentan con perros entrenados en la búsqueda de personas enterradas o desaparecidas. También debía llegar un equipo de 36 bomberos.

Entre las zonas más afectadas por las riadas y deslaves se encuentra Funchal, la capital del archipiélago atlántico de Madeira.

Las autoridades han aconsejado a los residentes de la ciudad, en la que hay cortes en los suministros de agua y electricidad, que permanezcan en casa.

Se trata del peor temporal en el archipiélago desde el registrado en octubre de 1993, en el que ocho personas murieron.

«Hemos confirmado 32 muertos, aunque la cifra final de fallecidos podría aumentar», le dijo inicialmente el funcionario local Francisco Ramos al diario portugués Público.

Sin embargo, Ramos aseguró que el número de víctimas mortales podría aumentar.

Solidaridad

El primer ministro portugués, José Sócrates, se desplazó al archipiélago, situado a unos 900 kilómetros de Lisboa, acompañado por el ministro del Interior, Rui Pereira.

El mandatario visitó las zonas más afectadas por las riadas y se reunió en Funchal con el presidente del gobierno regional, Alberto Joao Jardim, y otras autoridades locales, así como con los responsables de los organismos de protección civil.

En declaraciones a los periodistas, el primer ministro expresó su solidaridad con las víctimas y el apoyo a las autoridades regionales.

Imágenes de televisión mostraban este sábado poderosas corrientes de agua y lodo invadiendo las calles de Funchal, arrasando a su paso los autos y derribando árboles.

Varios puentes fueron destruidos o dañados y los caminos estaban bloqueados por piedras y barro.

«Ciudad fantasma»

Una turista británica, Cathy Sayers, le dijo a la BBC que la capital de Madeira parecía una «ciudad fantasma».

«El alcantarillado no puede soportar toda el agua que está cayendo de la montaña», explicó.

Ahora la mayor preocupación de las autoridades son los residentes del valle de Nuns, una región montañosa aislada a la que los servicios de rescate aún no han podido llegar.

Según el centro meteorológico de la BBC, pese a que en las próximas horas va a seguir lloviendo en la zona, no hay peligro de que se repitan las lluvias torrenciales del sábado.

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