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BP comienza traslado de enorme plataforma de contención a zona del vertido

La multinacional petrolera británica trabaja también en la que se considera una «solución definitiva»: la perforación de un pozo alternativo cuyo objetivo es interceptar el actual pozo donde se produjo el derrame, a unos 3.965 metros por debajo del fondo del mar, y sellarlo.


La empresa British Petroleum (BP) comenzó este martes el transporte de la gigantesca estructura de acero de 98 toneladas que planea colocar sobre la mayor de las fugas de crudo en el Golfo de México, dijeron a Efe fuentes oficiales.

«La están colocando hoy en un barco para su transporte», explicó a Efe Matthew Schofield, uno de los portavoces del Centro de Información Conjunta de BP y el Gobierno en Luisiana.

BP espera que la estructura de 98 toneladas fabricada en Golden Meadow, cerca de Port Fourchon, Luisiana, pueda estar instalada este mismo fin de semana a 1.500 metros de profundidad en una operación sin precedentes cuyos resultados son inciertos.

La estructura en forma de cúpula recogería el petróleo y lo bombearía posteriormente a un barco contenedor.

De tener éxito, se reduciría de forma significativa el vertido de crudo, que se calcula fluye libremente al mar a un ritmo de 800.000 litros (más de 5.000 barriles) diarios.

Tanto BP como el Gobierno de EE.UU. reconocen, de todos modos, que la cifra puede ser mayor e insisten en la dificultad de calcular la magnitud precisa del derrame.

A la fuga principal de crudo se suman escapes menores en el oleoducto que se dañó tras el hundimiento de la plataforma operada por BP el pasado 22 de abril, dos días después de una gran explosión en la que fallecieron 11 trabajadores.

La multinacional petrolera británica trabaja también en la que se considera una «solución definitiva»: la perforación de un pozo alternativo cuyo objetivo es interceptar el actual pozo donde se produjo el derrame, a unos 3.965 metros por debajo del fondo del mar, y sellarlo.

BP recordó hoy que esos trabajos, que comenzaron el domingo, pueden prolongarse por espacio de tres meses, de ahí que se estudien alternativas a corto plazo que mitiguen el impacto medioambiental del vertido.

Entre ellas, además de la citada estructura de contención, están los diez brazos robóticos que trabajan en el fondo del mar tratando de activar la válvula de sellado que falló cuando se produjo el hundimiento de la plataforma.

Al mismo tiempo, un vehículo submarino operado de forma remota bombea químicos para disolver el crudo a medida que fluye del pozo.

En total, se han utilizado ya unos 590.000 litros de químicos dispersantes.

Según los últimos datos divulgados por el Gobierno, hay ya más de 200 embarcaciones en la zona trabajando en las tareas de contención y limpieza del crudo que fluye a la superficie y se han instalado miles de metros de barreras flotantes.

Esas barreras aislan el petróleo, que se extrae a continuación de la superficie marina.

Por lo demás, los equipos destinados en el área celebraron hoy la mejora en las condiciones meteorológicas que han devuelto la calma al mar y que de continuar, permitirían reanudar las quemas controladas de crudo.

Los expertos celebran mientras tanto el que por el momento no se haya materializado el peor de los escenarios.

«Lo que la gente teme no se ha materializado», dijo hoy al New York Times Edward B. Overton, profesor emérito de la Universidad Estatal de Luisiana.

«La gente tiene la idea en la cabeza de un Exxon Valdez, con un olor terrible y una marea negra sobre el horizonte esperando llegar a la costa. No esperamos que eso suceda a menos que las cosas empeoren mucho», explicó.

Aun así, el impacto económico empieza ya a sentirse, con la prohibición de pescar en las aguas federales desde el río Misisipi hasta las costas de Florida y la veda establecida a la recolección de ostras en gran parte de las costas de Luisiana.

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