Publicidad

Garzón: «La corrupción anida con frecuencia en la judicatura»

Éstas son algunas de las reflexiones que realiza el juez Garzón en el prólogo del libro «Breve historia de la corrupción», del italiano Carlo Alberto Brioschi, editado por Taurus en España y que retrata las «proezas corruptivas» de los grandes personajes de la historia.


El juez español Baltasar Garzón cree que actualmente «se mercadea con los cargos públicos, se aceptan regalos e incluso se defiende» que son una costumbre social, lo que hace indispensable un poder judicial capaz de castigar la corrupción, sin olvidar que ésta «también anida con frecuencia en la judicatura».

Éstas son algunas de las reflexiones que realiza el juez Garzón en el prólogo del libro «Breve historia de la corrupción», del italiano Carlo Alberto Brioschi, editado por Taurus en España y que retrata las «proezas corruptivas» de los grandes personajes de la historia.

Garzón asegura que «resulta indispensable un poder judicial fuerte, independiente e inamovible, capaz de investigar y castigar la corrupción por encima de cualquier otra circunstancia, siempre desde la legalidad, pero sin la mediatización de quienes pretenden ejercer un control político sobre él, desde dentro o desde afuera».

El magistrado, suspendido de sus funciones en la Audiencia Nacional el pasado viernes, critica duramente el papel de «algunos medios de comunicación», a los que acusa de tomar posiciones no necesariamente objetivas, sino «encubridoras y entorpecedoras» de la acción de la justicia.

«Asistimos impávidos a una especie de aniquilación moral controlada por algunos medios de comunicación, económicos y políticos que nos hacen olvidar la esencia del compromiso y la responsabilidad como bases del sistema democrático», afirma.

A su juicio, la independencia judicial es el baluarte para una adecuada gobernabilidad y debe proclamarse «tanto del poder político» como «del económico».

El juez recuerda que Maquiavelo afirmó que «no sin razón se dice que la voz del pueblo es la voz de Dios», pero se pregunta si hoy en día podemos compartir esta afirmación en un mundo en el que los medios de comunicación «deciden lo que es y lo que no es, en el que se ensalza o humilla por interés político o económico, en el que se defiende o a ataca en función de lo que se obtenga o se pierda».

El más famoso de los jueces españoles, azote de la organización terrorista ETA y autor de la orden de detención del ex dictador chileno Augusto Pinochet fruto de su concepto de «internacionalizar» la justicia, se enfrenta en España a tres querellas.

La que supuso su suspensión corresponde a las acusaciones de prevaricación por atribuirse competencias que aparentemente no tenía en su investigación de los crímenes cometidos por el franquismo.

A pesar de las imputaciones, hace unos días el Consejo General del Poder Judicial, el órgano de gobierno de los jueces, autorizó a Garzón a trasladarse a La Haya para ocupar un puesto de consultor externo de la Fiscalía en la Corte Penal Internacional (CPI).

Publicidad

Tendencias