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Unasur convoca a reunión extraordinaria

Ecuador cree que José Miguel Insulza ha demostrado una «absoluta incapacidad» para impedir la crisis diplomática pese a las advertencias que, según Quito, se le hicieron para que pospusiera la reunión. El aludido, en tanto, salió al paso de las críticas y aseguró que hizo todo lo posible para evitar el encuentro extraordinario del Consejo Permanente, destacando que «no hubo disposición a postergar el Consejo» y que no hubo «absolutamente nada» que él pudiera hacer al respecto.


La ruptura de relaciones entre Colombia y Venezuela llevó a que Ecuador convocara a una reunión extraordinaria de Unasur para la próxima semana con el objetivo de fortalecer el diálogo, al tiempo que Bogotá insistió en sus denuncias sobre la presencia guerrillera en el vecino país.

«Colombia considera que no se ha dado respuesta» a sus denuncias contra Venezuela, dijo en una breve comparecencia el canciller Jaime Bermúdez, quien recalcó que se necesita una «cooperación eficaz» de ese país en la lucha contra el terrorismo, mientras el presidente Álvaro Uribe guarda silencio sobre el particular.

Luego de las declaraciones de Bermúdez, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, que ostenta la presidencia temporal de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), dispuso al canciller Ricardo Patiño convocar una reunión extraordinaria del Consejo de Cancilleres con el objetivo de «fortalecer el diálogo y la paz en la región».

La Cancillería de Ecuador confirmó en un comunicado la convocatoria de la reunión extraordinaria en Quito para la próxima semana, que atiende el pedido del Gobierno de Venezuela, que ayer, por escrito, solicitó a Ecuador un encuentro de autoridades del organismo para analizar la crisis diplomática.

Venezuela rompió el jueves sus lazos con Colombia «ante la gravedad» de lo ocurrido en una sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA).

En la misma, Colombia denunció que en Venezuela tienen refugio unos 1.500 integrantes de las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN), por lo que pidió que una comisión internacional verificara «in situ» las denuncias, lo que Caracas niega y rechaza.

La denuncia ante el organismo por parte de Colombia llevó incluso a que Quito recriminara al secretario general de la OEA, Jose Miguel Insulza, por haber convocado la reunión en Washington, al considerar que no se habían realizado las consultas necesarias a los países miembros de la organización americana.

Ecuador también cree que Insulza ha demostrado una «absoluta incapacidad» para impedir la crisis diplomática pese a las advertencias que, según Quito, se le hicieron para que pospusiera la reunión.

Insulza salió al paso de las críticas y aseguró que hizo todo lo posible para evitar la reunión extraordinaria del Consejo Permanente, destacó que «no hubo disposición a postergar el Consejo» y que no hubo «absolutamente nada» que él pudiera hacer al respecto.

Después de ese incidente y luego de que empezaran a surgir «propuestas concretas» de mediación, Bermúdez subrayó que Colombia «siempre estuvo abierta al diálogo», mantuvo incluso una «interlocución con Venezuela» y en su momento pidió ayuda a países como España y Cuba.

De hecho, se conoció que el secretario general de la Unasur, el argentino Néstor Kirchner, mantendrá en agosto encuentros con Uribe y el presidente venezolano, Hugo Chávez, para mediar en el conflicto.

Kirchner se reunirá con Chávez el 5 de agosto en Caracas y, al día siguiente, viajará a Colombia para entrevistarse con Uribe y el mandatario electo de ese país, Juan Manuel Santos, quien tampoco se ha pronunciado sobre el incidente.

Bermúdez también destacó que Colombia «aceptó y promovió» la mediación ofrecida por el presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, que, según Bermúdez, fue rechazada por Venezuela.

Todas esas gestiones fueron «infructuosas» y por eso Colombia decidió acudir «a las instancias internacionales» correspondientes, explicó el canciller, quien añadió que «se requiere un mecanismo específico para que se resuelva el tema» de la denuncia.

La misma fue calificada por el secretario de Estado adjunto de EE.UU. para Latinoamérica, Arturo Valenzuela, de «muy seria» e hizo un llamamiento a ambos países para que no se produzca una «escalada» de tensiones, al tiempo que urgió a «un diálogo constructivo».

Colombia se plantea incluso llevar a funcionarios del Gobierno de Chávez ante la Corte Penal Internacional (CPI) si se demuestra su «tolerancia» con las guerrillas, ante lo cual la fiscal general venezolana, Luisa Ortega, afirmó hoy que su país «se defenderá».

La insistente denuncia del Gobierno colombiano motivó que Caracas volviera a responsabilizarlo hoy de la ruptura de relaciones, por lo que lo calificó de «fascista» y llamó a los pueblos de ambos países a mantenerse unidos y a luchar por la paz.

«Este lamentable conflicto ocasionado por el irresponsable Gobierno fascista de Álvaro Uribe no es contra el pueblo colombiano, por el contrario, llamamos a la unidad del pueblo colombiano y venezolano, que es un sólo pueblo, a unirnos para luchar por la paz y la unión de nuestro continente», dijo el vicepresidente Elías Jaua.

El vicepresidente venezolano confirmó, asimismo, que en la región fronteriza con Colombia reina un ambiente de «total normalidad», declaración que concuerda con la del ministro colombiano de Defensa, Gabriel Silva.

La agitada jornada de hoy, enmarcada en pedidos de mesura por parte de Gobiernos amigos, terminó, no obstante, con la advertencia del presidente Chávez de que un ataque colombiano a Venezuela podría deparar sorpresas como la reacción del pueblo de Colombia y la de «algunas corrientes militares» de ese país.

«Imagínense una guerra entre Colombia y Venezuela. Eso sería para llorar cien años, pero si somos agredidos no nos vamos a quedar de brazos cruzados», señaló el gobernante durante la clausura en Caracas del III Encuentro Sindical «Nuestra América».

En el encuentro repitió que la guerrilla colombiana «debería considerar seriamente el llamado» que le han hecho «varios presidentes latinoamericanos, porque el mundo de hoy no es el de los 60».

«Deberían reconsiderar su estrategia armada, porque no hay condiciones en Colombia para que ellos puedan tomar el poder. En cambio se han convertido en la principal excusa para que el imperio penetre Colombia para agredir desde allí a Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Cuba», añadió Chávez.

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