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Operativo militar puso fin al cautiverio de Correa a manos de policías sublevados

«Es un día de profunda tristeza que jamás creí que iba a llegar en mi gobierno que sólo busca el buen vivir», señaló el jefe de Estado frente a una multitud que lo esperaba anoche en las afueras de la sede del Ejecutivo. El mandatario habló minutos después de ser rescatado por el Ejército desde el hospital de Quito donde permaneció varias horas en calidad de rehén y donde se produjo un intenso intercambio de disparos que terminó con al menos 27 heridos y un agente fallecido. [Actualizada]


El presidente de Ecuador, Rafael Correa, fue rescatado a noche desde el hospital policial en el que permanecía secuestrado en Quito luego de un operativo de rescate orquestado por el Ejército y que, según las últimas cifras oficiales, dejó un muerto y por lo menos 27 heridos.

Las imágenes de la cadena Telesur mostraron cómo un nutrido contingente de uniformados ingresó al centro asistencial, produciéndose un intenso intercambio de disparos con los agentes policiales que se levantaron en rechazo a la Ley Orgánica de Servicios Públicos y Carrera Administrativa, que elimina algunos de sus incentivos profesionales.

Correa llegó alrededor de las 02:38 horas GMT del viernes  (22:38 del jueves en Chile) hasta el Palacio de gobierno, donde lo recibió una multitud de seguidores.

Desde un balcón que da hacia la Plaza de la Independencia de Quito pronunció un discurso en el que lamentó el «inútil» derramamiento de sangre que dejaron los incidentes registrados durante la jornada del jueves y agradeció el apoyo incondicional de la ciudadanía.

«Es un día de profunda tristeza que jamás creí que iba a llegar en mi gobierno que sólo busca el buen vivir», señaló.

Agradeció a los ciudadanos que fueron a «rescatarle» al hospital y que, según dijo, fueron recibidos con «gas pimienta, gas lacrimógeno, con pedradas», supuestamente por policías sublevados.

Correa comentó que entre los sublevados había policías uniformados de tropa, pero también de civil y agregó que también debieron haber estado opositores de partidos políticos.

«Muchas gracias a esos héroes que me acompañaron en esta jornada», dijo al mencionar entre ellos a sus guardias personales, ministros y asambleístas que lo acompañaron en el cuarto del hospital «dispuestos a dar la vida» por su presidente.

El gobernante aclaró que «jamás cedieron» ni aceptaron «negociar nada bajo presión» y señaló que no habrá impunidad.

También expresó su agradecimiento a los presidentes que lo llamaron a solidarizarse.

Indicó que en el Regimiento Quito, a donde acudió para dirigirse a los policías sublevados, sintió «como una puñalada en la espalda» al ver la situación pues, a su criterio, ningún Gobierno ha atendido tanto a la institución policial.

Más tarde, y en una rueda de prensa, el mandatario confirmó que un miembro de un equipo policial de elite leal al gobierno murió en la operación militar lanzada para rescatarle, mientras que hasta ahora se habían contado 27 heridos.

Detalló que el fallecido es Froilán Jiménez, un miembro del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) de la policía.

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