El fallecimiento del ex presidente trasandino re abre para algunos analistas, las viejas incertidumbres post crisis. En un año marcadamente electoralista, la desaparición del esposo de la señora “K” supone las siguientes interrogantes: Cómo el peronismo y el kichnerismo procesarán su ausencia y cómo la propia Presidenta Cristina Fernández –a un año de cumplir su mandato- resolverá la posibilidad de conducir a estas dos fuerzas, que corren en forma paralela.
«Un país que parece condenado a vivir entre la tragedia y el drama”, es el titulo del análisis político realizado por Eduardo van der Kooy, periodista y columnista del diario Clarín, respecto del fallecimiento del ex presidente trasandino, Néstor Kirchner.
En su síntesis, el editor señala que “la Argentina vuelve a enfrentarse a una situación trágica y dramática, que abre una cantidad de incertidumbres alrededor de su futuro político”
Incertidumbres –agrega- “porque el país se está encaminando hacia un año electoral”.
En esa línea, advierte que el deceso del ex mandatario tuvo antecedentes “muy cercanos”, como lo sucedido en febrero pasado cuando debió ser intervenido de la carótida, o como lo sucedido hace muy poco cuando sufrió una obstrucción en la coronaria.
Alteraciones que, para el editor del principal medio opositor al gobierno de la señora “K”, no se contabilizaron en términos políticos en su debida dimensión.
“Y no se contabilizaron por dos razones: porque la política argentina tiene un vértigo irrefrenable, un vértigo que devora un episodio tras otro. Y porque también, de alguna manera, hubo en Cristina y Néstor la voluntad de no transformar la salud del ex presidente en un episodio central de la política”, explicó Eduardo van der Kooy.
Respecto a las incertidumbres que trae consigo la muerte de Néstor Kirchner, opina: “La desaparición de Kirchner implica también la desaparición de un hombre fuerte, de una corriente política que enmarco la post crisis en la Argentina, la desaparición de Kirchner también nos plantea nuevos interrogantes acerca de cómo el peronismo, cómo el kichnerismo, procesará esta ausencia”.
De igual modo, indica, “cómo lo hará la propia Presidenta en el año que le queda de mandato o por cumplir y cómo procesará incluso la propia Cristina la posibilidad de conducir no sólo el gobierno sino también la sucesión dentro del kichnerismo e incluso dentro del peronismo que corre paralelo”.
