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Ciudad australiana de Brisbane se salva de lo peor tras segunda crecida de río

Fuentes oficiales informaron que el nivel del agua se quedó un metro por debajo de los 5,5 que pronosticaban los meteorólogos, una cifra que hubiera puesto en peligro a toda la zona de la tercera urbe más poblada del país a causa de las inundaciones que han provocado al menos 12 muertos y 200.000 damnificados en la mitad oriental de la nación oceánica.


Los habitantes de la tercera mayor ciudad de Australia se despertaron hoy con alivio después de que la crecida del río Brisbane no llegó al máximo nivel previsto, aunque dejó tras de sí una enorme estela de destrucción.

Fuentes oficiales informaron de que el nivel del agua se quedó un metro por debajo de los 5,5 que pronosticaban los meteorólogos, una cifra que hubiera puesto en peligro a toda la zona metropolitana por las inundaciones que han provocado al menos 12 muertos y 200.000 damnificados en la mitad oriental del país.

Sin embargo, la catástrofe ha sido enorme, con casi 14.500 casas y comercios totalmente sumergidos, y otros 19.700 parcialmente inundadas, mientras 100.000 viviendas están sin electricidad y el suministro de agua es intermitente.

Partes de la ciudad amanecieron bajo un sol que salió por primera vez en los últimos días, pero luego volvió a llover.

En el resto de Brisbane, algunos residentes no podrán regresar a sus hogares hasta dentro de dos días; otros tendrán que esperar meses y los más desafortunados, jamás podrán, lamentó la jefa del gobierno del estado de Queensland, Anna Bligh.

«Tres cuartas partes de nuestro estado ha experimentado un alto nivel de destrucción con las furiosas riadas y ahora nos enfrentamos a una reconstrucción de proporciones de posguerra», añadió Bligh.

Setenta ciudades y pueblos están inundados o aislados, con 2,5 millones de personas afectadas, y en algunas localidades el nivel del agua aún está creciendo.

Los equipos de rescate regresaron esta mañana al valle del río Lockyer, donde esperan acceder a lugares remotos del área que el lunes arrasó una tromba de agua de ocho metros de altura que se llevó por delante poblaciones enteras al oeste de Brisbane.

Al sur de Queensland, las riadas ya han dejado incomunicadas a 4.500 personas en el estado de Nueva Gales del Sur y se espera que lleguen también a Victoria.

La cifra de fallecidos desde noviembre ha subido a 23 y los expertos creen que el daño para la economía australiana será aún superior al que provocó en 2005 el huracán Katrina en Estados Unidos.

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