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Colombia: liberación de rehenes en medio de escepticismo frente a la paz

La inquietud de los que presienten una oportunidad para los diálogos es válida después de que el presidente Juan Manuel Santos dijo que esas puertas no están cerradas y que la ex senadora Piedad Córdoba no descartó que hacia mediados del 2011 los otros 16 cautivos que siguen en poder de las FARC vuelvan a la libertad. Pero el camino está lleno de obstáculos y de condiciones.


En momentos en que empiezan a darse cinco liberaciones de cautivos por parte de los guerilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, muchos se preguntan si este paso podría abrir las puertas para unas negociaciones de paz.

El miércoles se concretó la liberación del concejal Marcos Baquero, quien se hallaba en poder de las FARC desde del 28 de junio de 2009.

Y la inquietud de los que presienten una oportunidad para los diálogos es válida después de que el presidente Juan Manuel Santos dijo que esas puertas no están cerradas y que la ex senadora Piedad Córdoba no descartó que hacia mediados del 2011 los otros 16 cautivos que siguen en poder de las FARC vuelvan a la libertad.

Pero el camino está lleno de obstáculos y de condiciones.

«Para siquiera pensar en una posibilidad de diálogo se requieren hechos contundentes: la renuncia al terrorismo, al secuestro, al narcotráfico, a la extorsión y a la intimidación», declaró el presidente Santos en una alocución con motivo de sus primeros seis meses en el poder.

Esa declaración se produce en momentos en que las FARC son víctimas de una situación paradójica, pues así como los cautivos y rehenes se convirtieron en una carta de negociación en la primera década de este siglo, ahora son una pesada carga política, económica y militar para esa guerrilla.

«Tener a esos retenidos en estos momentos es más un gran problema que un arma. Fue un instrumento de negociación que se desgastó, pues así como les da presencia a las FARC, les genera rechazo», le dice a BBC Mundo el analista Juan Manuel López Caballero.

Algunos de los cautivos, como el cabo del ejército Libio José Martínez, están en poder de las FARC desde finales de 1998.

Eso explicaría la eventual liberación unilateral de los cautivos, como lo sugirió Córdoba y como eventualmente sería confirmado por las FARC en los próximos días.

«Pero el gobierno está endurecido», declara a BBC Mundo el ex ministro Camilo González, quien dirige el Instituto para el Desarrollo y la Paz, Indepaz.

¿Se disipa el escepticismo?

Sin embargo, el congresista Iván Cepeda, presidente de la comisión de paz de la Cámara de Representantes, cree que las liberaciones pueden «disipar el escepticismo», aunque insiste en que las FARC deben «renunciar al secuestro».

López Caballero, hijo del fallecido ex presidente Alfonso López Michelsen, le comenta a BBC Mundo que «los árboles no dejan ver el bosque» y considera que un nuevo proceso de paz en Colombia sí es posible.

«Por un lado, la guerrilla ya se dio cuenta de que no puede tomarse el poder, y por otro el Estado admite que muchos de los reclamos sociales con los cuales nació la guerrilla eran válidos», considera López Caballero, columnista de la revista Dinero.

Pero el ex ministro Camilo González cree que todavía no es el momento y señala que, salvo un «cambio de libreto dramático por parte de las FARC, antes de 2012 no habría un proceso de negociación».

González recuerda que el actual es un año de elecciones regionales en Colombia y dice que «el gobierno no les va a dar protagonismo a las FARC en este contexto».

Por su parte, Claudia López, otra analista del conflicto que escribe para el portal La Silla Vacía, declara a BBC Mundo que ella sigue siendo escéptica frente a nuevas negociaciones con las FARC.

Según la experta, «a pesar de su repliegue, la guerra sigue siendo rentable para las FARC en algunas regiones del país».

Y añade que «no podemos pensar que haya una nueva negociación con agenda abierta, para hablar de todos los temas y con la posibilidad de que los acuerdos sean llevados a un referendo o den lugar a una Asamblea Costituyente».

Procesos frustrados

Todas esas preguntas y consideraciones sobre un nuevo proceso con las FARC, el primero de los cuales se hizo en 1984, son válidas después de la frustración que dejó la última negociación, que terminó abruptamente en 2002, y los duros golpes de que el gobierno colombiano le ha dado a esa guerrilla.

El último de esos golpes ocurrió en septiembre pasado, cuando el ejército abatió al «Mono Jojoy», el principal jefe militar de las FARC.

Con las cinco liberaciones que comenzaron este miércoles y deberán concluir el domingo llegará a 19 el número de rehenes y cautivos que las FARC entregan unilateralmente.

Después de que terminen las cinco entregas unilaterales, el próximo domingo, las miradas están puestas en lo que pueda suceder en una reunión sobre Colombia, que se realizará en Buenos Aires, Argentina, entre el 21 y el 24 de febrero próximos.

«Muchos gobiernos, como Argentina y Brasil, están moviendo sus fichas y no podemos olvidar que Juan Manuel Santos es un jugador duro», señala el ex ministro González.

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