También está por definirse la fórmula presidencial de la fuerza de centroizquierda Proyecto Sur, liderada por el cineasta Fernando «Pino» Solanas, una de las siete alianzas que librarán la contienda electoral con el Frente para la Victoria, fracción dominante en el Partido Justicialista (peronista) de Fernández.
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, entró este domingo en una cuenta atrás que la obliga a definir esta semana si optará a renovar su mandato, una decisión que en los círculos políticos se da por contada en vista de la popularidad de la mandataria.
Los analistas coinciden en que la incógnita es quién será el compañero de fórmula de Fernández mientras el reloj marcha hacia el 25 de junio, cuando vence el plazo legal para presentar candidaturas para las elecciones generales del 23 de octubre.
También está por definirse la fórmula presidencial de la fuerza de centroizquierda Proyecto Sur, liderada por el cineasta Fernando «Pino» Solanas, una de las siete alianzas que librarán la contienda electoral con el Frente para la Victoria, fracción dominante en el Partido Justicialista (peronista) de Fernández.
La oposición acudirá a las elecciones de octubre con alianzas que muestran la ruptura de aquellas con las que ganó las legislativas de 2009 y con ello arrebató al oficialismo el control de la Cámara de Diputados y el Senado.
En medio de un cerrado silencio sobre la fórmula oficialista, la prensa apuntó que hoy es una jornada triste para la mandataria por celebrarse el «día del padre», el primero que pasa con sus dos hijos luego del fallecimiento en octubre pasado de su esposo, Néstor Kirchner, quien le precedió en la jefatura del Estado (2003-2007).
Fernández, de 58 años, encabezará este lunes el acto central del festivo por el «Día de la bandera» luego de pasar el fin de semana recluida con su familia en su casa de la bella villa turística de El Calafate, en la Patagonia argentina (sur).
En los últimos días, la mandataria ha dado señales de que optará a la reelección, decisión que además se da por contado debido a que un desistimiento encontraría al oficialismo sin una fórmula de alternativa para las presidenciales de octubre.
A falta de indicios concretos, en los círculos políticos se conjetura que la jefa del Estado elegirá como compañero de fórmula entre una lista de tres funcionarios y otros tantos gobernadores provinciales.
En esa lista aparecen los secretarios de Comunicación, Juan Manuel Abal Medina, y Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini, los dirigentes peronistas más allegados a la mandataria, así como el ministro de Economía, Amado Boudou.
Además figuran los gobernadores de las provincias de Chaco, Jorge Capitanich, de Entre Ríos, Sergio Uribarri, ambos peronistas, y el de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, uno de los disidentes de la socialdemócrata Unión Cívica Radical, segunda fuerza parlamentaria, que en 2007 se alió con el peronista Frente para la Victoria.
Las encuestas atribuyen a Fernández una adhesión popular superior al 60 por ciento y un intención de voto del orden del 43 al 45 por ciento, con una ventaja que la llevaría a ganar las elecciones de octubre en primera vuelta.
En segundo lugar aparece Ricardo Alfonsín, hijo del fallecido expresidente Raúl Alfonsín (1983-1989), de la UCR, cuyo acercamiento a sectores conservadores causó la ruptura de la coalición que esa fuerza socialdemócrata había formado en 2009 con los socialistas y otras fuerzas afines.
El Partido Socialista lleva como candidato a Hermes Binner, gobernador de la provincia de Santa Fe, dentro de una agrupación que mantiene a disidentes de la UCR pero, además, del apoyo de Proyecto Sur ha perdido el de la Coalición Cívica.
La Coalición Cívica, donde conviven dirigentes de centro, centroizquierda y centroderecha, lleva como candidata presidencial a Elisa Carrió, quien ha roto hace meses con sus antiguos aliados de la UCR y del socialismo.
Mientras, el expresidente Eduardo Duhalde (2002-2003), acérrimo rival de Fernández, y Alberto Rodríguez Saá, gobernador de la provincia de San Luis, han lanzado sus propias candidaturas luego de romper, en abril pasado y con escándalo, el proceso de elección entre ambos en las filas del peronismo disidente.
Por primera vez desde la restauración de la democracia, en 1983, los partidos de izquierda, la mayoría trotskistas, se han unido en una coalición que lleva como candidato presidencial a Jorge Altamira.
Se presume que Fernández anunciará la candidatura presidencial del oficialismo entre el jueves y viernes próximo, en vísperas del vencimiento del plazo legal, como lo hizo en el proceso electoral de 2007 que la llevó a suceder a su esposo en la jefatura del Estado.
