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Sigue búsqueda de víctimas tras naufragio de barco ruso en el río Volga

Según el Ministerio de Situaciones de Emergencia, en la embarcación de nombre «Bulgaria» viajaban 208 personas (148 turistas, 35 tripulantes y 25 pasajeros no registrados), de las que sólo 80 fueron rescatadas con vida.


Más de cien muertos y desaparecidos es el saldo provisional del trágico naufragio de un barco ruso que se hundió el domingo en medio de una tormenta cuando efectuaba una travesía turística por el río Volga, el más caudaloso de Europa.

«Murieron muchos niños», el barco era «muy viejo, malo», aseguró este lunes Nikolái Chernov, uno de los supervivientes de la tragedia ocurrida en la república rusa de Tatarstán, a la versión digital del diario «Komsomólskaya Pravda».

Según el Ministerio de Situaciones de Emergencia, en la embarcación de nombre «Bulgaria» viajaban 208 personas (148 turistas, 35 tripulantes y 25 pasajeros no registrados), de las que sólo 80 fueron rescatadas con vida.

Mientras, el resto habrían muerto ahogadas en un tramo del Volga donde la costa más cercana se encuentra a cerca de tres kilómetros de distancia.

Entre los muertos figuran al menos una treintena de niños que, según Chernov, habían sido concentrados en uno de los compartimentos del barco habilitado como sala de música y juego.

Por el momento, los buzos han recuperado ya 55 cuerpos sin vida (37 mujeres, 13 hombres y 5 niños) y aún les falta por inspeccionar más del 50 por ciento de la cubierta principal, según las agencias rusas.

En estos momentos, según los servicios de emergencia tártaros, 106 especialistas bucean por los compartimentos y camarotes en busca del resto de cadáveres, muchos de los cuales se encuentran en el bar-restaurante de la embarcación hundida a unos 20 metros de profundidad.

«La búsqueda debe ser llevada hasta el final, a pesar de que apenas hay esperanza de encontrar a alguien con vida», aseguró el presidente ruso, Dmitri Medvédev, quien declaró el martes día de luto nacional.

Según otros testigos, citados por la prensa digital, muchos pasajeros que se encontraban dentro del barco fueron presas del pánico e intentaron subir a la cubierta principal, pero las puertas estaban cerradas y las escotillas bloqueadas o soldadas.

El naufragio del «Bulgaria», barco de doble cubierta fabricado en Checoslovaquia en 1955, se produjo a las 13.58 hora local (09.59 GMT) del domingo, junto a la localidad de Siukéyev, cuando el barco realizaba una travesía entre Bolgar y Kazán, capital tártara.

Las autoridades expresaron su estupefacción por el hecho de que el buque se hundiera en apenas unos pocos minutos, lo que no dio tiempo ni a la tripulación ni a los pasajeros a reaccionar y saltar por la borda.

Según algunas fuentes, el barco únicamente tenía cabida para 120 personas, entre tripulación y pasajeros, mientras otros cifran en medio centenar el exceso de pasajeros.

La Fiscalía General rusa denunció que la compañía naviera propietaria del barco y sus tripulantes cometieron numerosas infracciones.

«La embarcación ha operado durante 56 años. La última reparación completa se efectuó hace 30 años, en 1980. Carecía de licencia de transporte de pasajeros», afirmó Marina Gridneva, portavoz de la Fiscalía.

Mientras, un portavoz de la Fiscalía de Transporte de la región del Volga aludió a razones técnicas para explicar las causas de la catástrofe.

«El barco zarpó a su última travesía con el motor de babor inutilizado. El primer oficial lo ha confirmado. Cargó combustible sólo en la parte derecha, por lo que la escora del barco a estribor era de casi cuatro grados», subrayó.

La compañía Naviera Fluvial Kámskoye, propietaria del «Bulgaria», refutó esa teoría, aduciendo que esa clase de barcos suelen llevar depósitos con 30 toneladas de combustible a estribor, por lo que es normal que se inclinen hacia ese lado.

Su director general, Valeri Kurchanov, opinó que «el factor humano» no puede descartarse, ya que el capitán del barco no ordenó cerrar las ventanillas cuando el viento era fuerte y las olas eran de más de un metro, por lo que fue el agua lo que pudo provocar su hundimiento.

El presidente ruso ha ordenado la creación de una comisión estatal de investigación que aclare las circunstancias de la catástrofe fluvial, la más grave ocurrida en este país desde 1983.

«El número de embarcaciones antiguas que navegan por nuestras aguas supera todos los límites. Si hasta ahora no había pasado nada, eso no significada que no fuera a ocurrir», señaló Medvédev.

El ministro de Situaciones de Emergencia, Serguéi Shoigú, propuso reflotar el barco, operación que podría llevar cuatro o cinco días, para lo que las autoridades tienen previsto enviar a la zona dos gigantescas grúas.

En las actividades de reflotado participarán especialistas del Instituto de Investigaciones Científicas de San Petersburgo, que tomaron parte en 2000 en el izado del submarino nuclear Kursk, que se hundió en el mar de Bárents con 118 marineros a bordo.

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