Publicidad
BBC News Mundo

El día que la clase política le dio la espalda a Rupert Murdoch

Mientras el Parlamento británico aprobó una moción contra la expansión del conglomerado y un senador de EE.UU. pide investigarlo, el millonario se ve obligado a retirar oferta para comprar el principal proveedor de TV satélital de Reino Unido.


Este miércoles será recordado, quizás, como el día en que la clase política del Reino Unido se levantó contra el imperio mediático del magnate australiano Rupert Murdoch, mientras que en Estados Unidos comenzó a gestarse -aunque tímidamente- un alzamiento similar.

El escándalo por las denuncias de escuchas telefónicas, pago a policías a cambio de información y obtención ilegal de datos personales por parte de periódicos de News Corporation parece haber roto definitivamente la relación entre los políticos y el conglomerado de Murdoch, que antes mantenían una relación estrecha, según han admitido los propios dirigentes.

La consecuencia más reciente fue que News Corporation anunció este miércoles el retiro de su oferta de compra de la mayoría accionaria de British Sky Broadcasting (BSkyB), el principal proveedor de televisión vía satélite del Reino Unido.

Lo hizo antes de que el Parlamento británico aprobara una moción no vinculante para exigirle a Murdoch que desistiera de su propuesta.

Fue la oposición laborista la que propuso la moción legislativa contra el mayor intento de adquisición en la historia de News Corporation, y los conservadores del primer ministro David Cameron dijeron que apoyarían la medida.

El hecho de que todo el establishment político británico le haya retirado su apoyo al imperio de Murdoch -al que durante décadas trató de seducir por motivos electorales- ya ha tenido repercusiones al otro lado del Atlántico.

Investigación en EE.UU.

En Estados Unidos, un senador acaba de solicitar una investigación para que se determine si las prácticas cuestionadas en los medios británicos de News Corporation han afectado también a ciudadanos estadounidenses.

El presidente del Comité de Comercio de la cámara alta, el demócrata Jay Rockefeller, dijo que las autoridades deben indagar si periodistas que trabajan para el grupo mediático de Murdoch violaron la ley en su país y advirtió sobre las «serias consecuencias» que podría haber si ello se demuestra.

El senador se mostró preocupado por el hecho de que se hayan realizado escuchas ilegales a familiares de víctimas o sobrevivientes de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

Rockefeller es el primer político estadounidense que pide investigar las implicaciones en su país del escándalo que ha sacudido a Reino Unido. Los analistas creen que podrían sumarse otros.

Los activos de Murdoch en Estados Unidos incluyen la cadena Fox, los diarios The Wall Street Journal y New York Post, y la editorial Harper Collins.

Fox, que es muy popular en el país -está disponible para más de 100 millones de hogares-, ha sido un enemigo declarado de la administración de Barack Obama.

Según la colaboradora de BBC Mundo en Washington, Rebeca Logan, en los últimos años esa cadena pasó de ser un medio noticioso de tendencia conservadora para convertirse en un actor político que aboga activamente a favor de causas de ultraderecha y ha donado millones para apoyar a candidatos republicanos o del Tea Party.

Por otra parte, el director ejecutivo del Dow Jones Local Media Group (otra empresa de Murdoch en Estados Unidos), Les Hinton, también está en la mira porque estaba a cargo de News International -el brazo británico de News Corporation- cuando se denunciaron las primeras irregularidades.

Y la semana pasada, parlamentarios en la Australia natal de Rupert Murdoch solicitaron que se investigaran las operaciones del conglomerado en ese país.

¿Finanzas contra las cuerdas?

La profusión de denuncias de prácticas periodísticas ilegales en el Reino Unido en las últimas semanas obligó a Murdoch a cerrar el periódico dominical News of the World, un tabloide con 168 años de historia y que ha sido blanco de la mayor cantidad de acusaciones.

Grandes anunciantes habían abandonado al periódico, inversionistas habían comenzado a mostrar su nerviosismo y las acciones de News Coorporation habían empezado a desplomarse.

Otros diarios del News Corporation también han enfrentado denuncias similares. The Sun y The Sunday Times han sido acusados de blagging, es decir, la práctica de obtener información personal (domicilio, datos financieros, de propiedad o médicos) sin consentimiento del afectado, usando los servicios de investigadores privados.

En medio de estas denuncias, las acciones de News Corporation y de BSkyB -empresa en la que Murdoch por ahora posee un 39,1% de los títulos- han registrado fuertes caídas en la última semana (tan sólo un 13% el martes).

De este modo, ambas compañías han perdido unos US$7.100 millones y US$2.300 millones, respectivamente, de su valor nominal.

Por otra parte, grupos de accionistas que poseen títulos en el conglomerado de Murdoch han demandado a News Corporation, descontentos por el manejo de la empresa a la luz del escándalo en los medios del conglomerado.

Jay Eisenhofer, directivo de la firma de abogados Grant & Eisenhofer, que representa a inversores en Estados Unidos, le dijo al Huffington Post que sus clientes están pidiendo un cambio de mando en el directorio porque «se ha producido un quiebre en la gobernabilidad de la corporación».

En otras palabras, cuestionan la capacidad de Murdoch para manejar el conglomerado: lo acusan de ser personalista, de nepótico (sus hijos tienen altos cargos) y de no estar en capacidad de supervisar las operaciones de la compañía.

Ante esta situación, Michael Wolff, biógrafo del magnate australiano, le dijo a la BBC que no descarta la posibilidad de que, en el mediano plazo, News Corporation conforme un directorio «sin ningún miembro de la familia Murdoch».

Publicidad

Tendencias