Publicidad

La mayoría conservadora aprueba en Portugal el polémico impuesto al salario

La decisión del nuevo Ejecutivo luso causó un encendido debate en el Parlamento por primera vez desde el cambio de Gobierno, con la oposición de izquierda en contra de una medida que considera muy lesiva para la clase media.


La nueva mayoría conservadora que domina el Parlamento portugués aprobó hoy con holgura, aunque con toda la oposición en contra, el polémico impuesto al salario que ayudará a cubrir un desvío de 2.000 millones de euros en las cuentas del país.

El gravamen, equivalente a cerca de la mitad de la paga de Navidad de los trabajadores, fue anunciado el mes pasado para garantizar la reducción del déficit fiscal de Portugal exigida por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio del rescate financiero concedido al Estado luso.

Aunque el impuesto aún debe ser debatido en comisión y aprobado otra vez en un pleno, la mayoría conservadora se estrenó hoy en la asamblea legislativa con esta primera votación.

La medida salió adelante con los 132 diputados -de un total de 230- que suman el Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha) y el Centro Democrático Social (CDS-PP, democristiano).

Ambas organizaciones acabaron con seis años de Gobierno del Partido Socialista (PS) al ganar las elecciones anticipadas del pasado 5 de junio.

La decisión del nuevo Ejecutivo luso de aplicar otro impuesto al salario causó un encendido debate en el Parlamento por primera vez desde el cambio de Gobierno, con la oposición de izquierda en contra de una medida que considera muy lesiva para la clase media.

El ministro de Finanzas, Vítor Gaspar, justificó en la Cámara el nuevo impuesto por la «grave situación financiera» que atraviesa el país, y recordó que esta medida compensará en torno al 50 por ciento del «agujero» encontrado en sus cuentas públicas, de 2.000 millones de euros.

La tasa ideada por los conservadores lusos es equivalente a la mitad de la diferencia entre la paga de Navidad y el salario mínimo, establecido en el país en 485 euros.

Socialistas, comunistas, marxistas y ecologistas votaron en contra del impuesto y exhortaron al Ejecutivo a gravar también los intereses y los dividendos de empresas e inversionistas, que hasta el momento no se han visto afectados por la nueva política fiscal.

El ministro portugués, sin embargo, defendió el carácter «imprescindible» de esta medida y resaltó que el 10 por ciento de los contribuyentes, los de mayor salario, aportarán el 60 por ciento del total que está previsto recaudar.

Desde el PS, que celebra elecciones internas este fin de semana para elegir nuevo líder, el diputado Pedro Marques defendió que el impuesto es «innecesario» y restó credibilidad al «desvío» en las cuentas públicas denunciado por el Gobierno.

«Los resultados logrados -en reducción del déficit- no permiten al Gobierno continuar con el discurso de los desvíos, nunca demostrados», recalcó Marques, cuya organización cuenta con 74 legisladores.

Los representantes del Partido Comunista (14 escaños), el Bloque de Izquierda (8) y Los Verdes (2) dirigieron también sus críticas al Ejecutivo conservador por adoptar medidas que perjudican al ciudadano medio y no tocan las grandes fortunas.

Este impuesto ha sido la medida más relevante adoptada desde que asumió el poder, el mes pasado, el primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, que se ha mostrado dispuesto a hacer «lo que sea necesario» para que Portugal cumpla sus compromisos internacionales.

El dirigente conservador y su ministro de Finanzas consideran que las medidas adoptadas ayer por la cumbre de la UE para aliviar la presión de los mercados de deuda sobre la zona euro son muy positivas y facilitarán la tarea que tiene su país por delante.

Sobre el desvío de las cuentas públicas, Passos Coelho negó ayer, al termino de la cumbre, que lo haya calificado de «colosal», como le atribuyó la prensa lusa, aunque aseguró que exigirá un mayor esfuerzo para compensarlo.

Portugal acordó con la UE y el FMI, a cambio de su ayuda financiera de 78.000 millones de euros, reducir el déficit público en más de tres puntos porcentuales en 2011, hasta el 5,9 % del PIB, para lo cual ha empezado ya a poner en marcha varias medidas de ajuste y reformas.

Publicidad

Tendencias