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Recientes casos de desapariciones agitan los peores fantasmas en Argentina

El caso que ahora mismo mantiene en vilo a la sociedad argentina es el de Candela Rodríguez, una niña de 11 años que fue vista por última vez a pocas cuadras de su casa, en la localidad bonaerense de Hurlingham, el pasado día 22.


Los recientes casos de dos niñas y una joven que desaparecieron sin dejar rastros en Argentina alimentan las sospechas sobre la actividad de las mafias dedicadas a la trata de personas y las redes de pedofilia, aún cuando de momento no hay pistas firmes que conduzcan a estas bandas delictivas.

El caso que ahora mismo mantiene en vilo a la sociedad argentina es el de Candela Rodríguez, una niña de 11 años que fue vista por última vez a pocas cuadras de su casa, en la localidad bonaerense de Hurlingham, el pasado día 22.

La búsqueda de Candela ha generado un inédito despliegue de fuerzas de seguridad: 2.000 policías han realizado ya casi un millar y medio de operativos en casas y descampados, pero todos infructuosos, lo que agita la incertidumbre y la sensación de angustia en la opinión pública en Argentina, donde este tema centra la atención de la prensa.

Los investigadores siguen varias hipótesis, incluyendo la posibilidad de que la niña haya caído víctima de una red de pedofilia, pero lo cierto es que no tienen una pista concreta.

«Se siguen todas las pistas, incluso la de un pedófilo al que se le secuestró material fotográfico que se está analizando. Es un caso complejo porque no hay mayores indicios», admitió hoy el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, en declaraciones radiales.

Según fuentes del caso, hasta el momento la policía ha recibido más de 1.200 llamados de gente que aporta datos, pero ninguno de ellos ha permitido abrir una ruta en firme que lleve a la niña.

A estos llamados se suman los cientos que desde hoy recibe la organización no gubernamental Red Solidaria, que montó una campaña de dos días junto a celebridades del espectáculo local, como los actores Ricardo Darín y Guillermo Francella, para animar a la gente que tenga algún dato de Candela, por más mínimo que sea, a aportarlo.

La organización Missing Children, que puso a disposición una línea gratuita para aportar cualquier información sobre la menor, informó que el caso de Candela eleva a 210 la cifra de niños desaparecidos en Argentina.

El caso de esta niña de cabellos morenos y rostro vivaz ha conmovido incluso a la presidenta argentina, Cristina Fernández, que el jueves último recibió en la sede del Ejecutivo a la madre de Candela, Carola Labrador, una mujer que, pese a la angustia, no baja los brazos en la búsqueda de su hija.

«A mí me robaron a mi hija. Le tocó a mi hija pero mañana puede ser la hija de otro. Yo la voy a recuperar», dijo hoy Labrador al hablar con la prensa en la puerta de su casa.

La presidenta también ha mostrado su preocupación por la desaparición de María Cash, una mujer de 29 años de la que no hay rastros desde el pasado 8 de julio, cuando viajó al noroeste del país, y a cuyos familiares la mandataria recibió hoy en audiencia.

María, diseñadora de ropa de profesión, viajó rumbo a la ciudad de Jujuy pero, por motivos que se desconocen, se bajó del ómnibus en la provincia de Salta. En su última comunicación telefónica con su familia dijo sentirse «incómoda» pero no precisó por qué y su rastro se perdió en un mar de misterios.

El otro reciente caso de desaparición es el de Sandra Mamani Llanos, una niña de 14 años, de padres bolivianos, que fue vista por última vez el pasado día 8 de camino a su escuela, en el barrio porteño de Villa Lugano.

«No hay ninguna indicación de que Sandra se fue por sus propios medios», dijo hoy a Efe la diputada porteña María Elena Naddeo, quien este lunes acompañó a los padres de Sandra a la Justicia, para solicitar que se impulsen nuevas líneas de investigación de la menor.

Como única sospecha los padres apuntan a un joven conocido de la familia, de 24 años, que desapareció también el día 8 y que piensan pudo haber entregado a Sandra a una red de trata de personas.

La legisladora dijo que «los casos de chicas y mujeres jóvenes sustraídas por las redes de trata y prostitución son un fenómeno vigente».

«Hay miles de chicas que han sido rescatadas por los equipos del Gobierno nacional y la Justicia federal, pero el fenómeno sigue estando muy presente, las redes mafiosas siguen estando intactas porque es un fenómeno muy lucrativo», advirtió.

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