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Gadafi amenaza con guerra de guerrillas mientras rebeldes aplazan ultimátum

«Libia no se rendirá y no será colonizada. Lucharemos contra ellos estén donde estén, y arrasaremos la tierra que pisen. No hallarán descanso ni sueño en nuestra tierra», afirmó con voz agrietada y altisonante.


Desafiante, pero todavía huido, el líder libio, Muamar Gadafi, instó hoy a los hombres que le quedan fieles a mantener en alto las armas y advirtió que pretende recuperar el país lanzando una guerra de guerrillas.

El mensaje, aireado por la televisión por satélite siria Al-Rai, coincidió este jueves con la decisión de los rebeldes de prolongar una semana más el ultimátum dado a los leales gadafistas que resisten en Sirte, cuna del dictador.

Los insurrectos, que acantonan tropas y pertrechos en los pueblos cercanos, pretenden evitar un baño de sangre en esta ciudad costera de unos 100.000 habitantes en el que parece que se atrincheran unos 20.000 hombres armados leales al clan del tirano.

A ellos, y a los que todavía resisten en localidades como Bani Walid y Sebha -ambas al sur de Trípoli, en el balcón del desierto- dirigió la arenga Gadafi en un día hasta la fecha muy señalado: este jueves se celebraba el 42 aniversario de la revolución militar que le aupó al poder y derrocó a la monarquía.

«Libia no se rendirá y no será colonizada. Lucharemos contra ellos estén donde estén, y arrasaremos la tierra que pisen. No hallarán descanso ni sueño en nuestra tierra», afirmó con voz agrietada y altisonante.

«La resistencia crece en Trípoli, que también liberaremos palmo a palmo. La bandera verde volverá a ondear en todas nuestras fronteras, desde Argelia a Níger, Chad y la orilla del Mediterráneo», agregó.

La amenaza de Gadafi fue calificada de bravata «miserable y desesperada» por el ministro rebelde libio de Interior, Ahmad Darrat, quien insistió en que el dictador huido está perdido y sin posibilidades ya de victoria.

«Es un discurso desesperado y miserable. La revolución ha salido triunfante y la mayor prueba de ello es la presencia de más de un millón de personas en la plaza Verde (de Trípoli)», aseguró el ministro.

En el plano estrictamente político, el jueves fue también un día de celebración para los rebeldes libios, que recibieron mayor reconocimiento internacional y nuevas promesas de que los millonarios fondos congelados del antiguo régimen en el exterior les serán entregados.

Una bocanada de aire para el Consejo Nacional de Transición (CNT), que afronta un reto esencial y urgente si quiere garantizar el éxito del alzamiento: devolver lo antes posible la normalidad a la población.

Aunque los alimentos y las medicinas comienzan a llegar a las tiendas y los hospitales, y apenas hay cortes de electricidad, en Trípoli todavía no hay agua corriente y el agua potable es aún un lujo en muchos de los barrios.

Para paliar esa situación, el CNT tiene previsto inyectar en los próximos días más de 100 millones de dólares en efectivo del régimen descongelados por Turquía.

«El objetivo es que los comerciantes dispongan de dinero para que se pueda relanzar lo antes posible la economía», explicó a Efe el viceprimer ministro y ministro de Economía, Ali Tarhouni.

La necesidad de reflotar el estado, desde el punto de vista social y económico, fue este jueves una de los principales puntos sobre la mesa de la Conferencia internacional sobre el futuro de Libia celebrada en París.

Al inicio de la misma, el presidente galo, Nicolas Sarkozy, anunció que las decisiones tomadas en este encuentro permitirán el desbloqueo «inmediato» de 15.000 millones de dólares en apoyo a la población.

«El dinero desviado por (el coronel Muamar al) Gadafi y por su entorno debe volver a los libios. Todos nos hemos comprometido a desbloquear el dinero de la Libia del pasado para financiar el futuro de la Libia de la actualidad», indicó.

Además, se acordó la necesidad de poner a disposición del CNT los bienes congelados en aplicación de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU «para permitir a las autoridades libias afrontar las necesidades de la población y emprender sin más tardar el esfuerzo de reconstruir el país».

«Las autoridades libias han subrayado el compromiso del CNT de vigilar que esos bienes sean utilizados en nombre del pueblo libio de una manera transparente y comprobable», se justificó.

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