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BBC News Mundo

Venezuela se acerca a una nueva encrucijada

Dentro de un año los venezolanos elegirán presidente. Aquí un análisis de los factores que marcarán la campaña electoral.


A poco menos de un año de las elecciones presidenciales en Venezuela, que se harán el 7 de octubre, tanto en el oficialismo como en la oposición ya trabajan de cara a unos comicios considerados históricos.

El presidente Hugo Chávez, en el poder desde 1999, buscará un tercer mandato.

La oposición, en tanto, irá con candidato único a enfrentarse al mandatario.

BBC Mundo repasa algunas claves del período de campaña que se avecina.

LA SALUD DE CHÁVEZ

Chávez, de 57 años, se recupera de un tumor cancerígeno que le fue extraído en junio.

Desde entonces se ha sometido a cuatro ciclos de quimioterapia –en La Habana y en Caracas–, un tratamiento que dio por concluido.

El propio presidente ha sido el encargado de informar sobre su estado de salud pues hasta el momento no se conoce ningún parte médico oficial.

Se desconoce dónde fue localizado el cáncer ni la gravedad de la enfermedad.

Chávez ha tenido que limitar de forma sustancial sus apariciones públicas y suele comunicarse por teléfono con el canal estatal para salir al aire.

Su verdadero estado, así como en qué condiciones afrontará la campaña y un eventual tercer mandato, es una incógnita.

Sin embargo, el presidente asegura estar preparado para los comicios y ya aventuró que arrasará a la oposición. Y prometió gobernar hasta 2030.

Por lo pronto, la enfermedad parece haberle dado réditos al mandatario.

De acuerdo a cuatro encuestadoras venezolanas, que divulgaron sus últimos datos la semana pasada, Chávez tiene una valoración positiva de entre el 58% y el 68%.

La firma Datanálisis asegura que de julio a septiembre la evaluación de la gestión del presidente aumentó diez puntos porcentuales y alcanzó el 59%.

Sin embargo, de acuerdo a esta encuestadora la intención de voto del mandatario se ubica en 40%.

LA INTERNA OPOSITORA

La oposición está ante una posibilidad histórica. Al igual que en 2006, irán con candidato único para enfrentarse a Chávez, pero esta vez saldrá de elecciones internas abiertas.

La oposición, al mando de Manuel Rosales, apenas consiguió el 37% de los votos en las presidenciales de 2006, pero en las parlamentarias de 2010 quedó en paridad en el voto popular con el chavismo lo que alimenta las esperanzas de cara al año que viene.

Las primarias lograrán encumbrar a un candidato para aglutinar a una oposición heterogénea, reunida en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

En este momento los favoritos son los gobernadores de los estados más poblados del país, Henrique Capriles Radonski (Miranda) y Pablo Pérez (Zulia).

Y se está a la espera de lo que pueda pasar con Leopoldo López, un popular exacalde que fue inhabilitado acusado de corrupción pero que la Corte Interamericana de Derechos Humanos consideró que puede participar en los comicios.

Distintos líderes opositores ya se comprometieron a en caso de alcanzar la Presidencia gobernar bajo un «gobierno de unidad nacional».

Para el analista Nicmer Evans, profesor de Teoría Política de la Universidad Central de Venezuela, un «verdadero reto para la oposición será el de demostrar verdadera unidad, hay contradicción entre los candidatos y eso puede decepcionar al potencial electorado opositor».

EL RIVAL DEL PRESIDENTE

Gane quien gane la primaria opositora, una cosa parece estar clara.

El candidato tendrá que acercarse al pueblo.

La MUD, dijo hace unas semanas el presidente de Datanálisis, José Antonio Gil, «necesita transformarse de un movimiento electoral a un movimiento político, económico y social» y «trabajar de cerca con el pueblo, lo que todavía no está haciendo».

En tanto, León opina que ser «el rival de Chávez» no alcanza para ganar la elección. «El voto castigo es del 30%, pero se necesita convencer a otro 20%, y a esa gente hay que ofrecerle algo».

«Hasta ahora -opina Evans- nadie en la oposición clarificó cuál es el proyecto de país que quieren».

Por quienes se perfilan en la interna, el candidato, coinciden analistas, será alguien que mostrará juventud y energía, algo que un Chávez convaleciente no podrá ofrecer.

EL TIPO DE CAMPAÑA

El oficialismo, dice León, saldrá a vender un mensaje de «miedo», de lo que se puede perder en caso de que Chávez salga del poder.

«Tiene que poner perceptualmente en riesgo el reparto de la renta petrlera, la política asistencialista y desviar la atención de los problemas no solucionados, más que ofrecer cosas», asegura.

Entre las crisis que aquejan al gobierno se destacan la inseguridad, inflación, desabastecimiento de algunos productos, inestabilidad del sistema eléctrico y la falta de viviendas.

De acuerdo a León las autoridades buscarán «generar la idea de que se están solucionando los problemas, pero serán medidas temporales».

Evans considera que el gobierno debe «cumplir las cosas que ha ofrecido, debe tener un mayor nivel de concreción», además de «conquistar al votante del chavismo que está descontento».

Dependiendo del estado de salud de Chávez, el mandatario podrá o no hacer una campaña tradicional de recorrida y presencia constante.

De lo contrario, como ya mencionó semanas atrás, podría liderar un tipo de campaña «tecnológica» y menos presencial.

Para la oposición el desafío será, entre febrero y octubre, que su candidato cobre la mayor notoriedad posible.

«El candidato opositor necesita vender esperanza de cambio y futuro, cuyo foco sea la masa y tenga una propuesta modernizadora», considera León.

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