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Muerte de un universitario empaña las protestas de estudiantes en Colombia

El estudiante, de 19 años, fue sorprendido por la explosión, al parecer accidental, cuando participaba en la marcha de su colectivo por las calles de esa ciudad, según dijo el alcalde local, Jorge Iván Ospina.


Un explosivo de bajo poder causó hoy la muerte a un estudiante en la ciudad suroccidental de Cali, en el único incidente grave de la jornada de protesta con la que los universitarios de Colombia iniciaron una huelga nacional de rechazo a un proyecto legal de reforma a la educación superior.

El estudiante, de 19 años, fue sorprendido por la explosión, al parecer accidental, cuando participaba en la marcha de su colectivo por las calles de esa ciudad, según dijo el alcalde local, Jorge Iván Ospina.

«Tenemos una muerte violenta en vía pública, una persona que se estaba movilizando, una persona que ha muerto por un artefacto explosivo», expresó Ospina en una lacónica declaración a la prensa.

La portavoz de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), Gisell Medina, dijo en Bogotá que el joven hacía parte de esta asociación, la convocante de la protesta nacional.

Los estudiantes de las 42 universidades e instituciones públicas de educación superior de Colombia, que suman unos 500.000, fueron llamados por la FEU a esta jornada de protesta, que ha movilizado a miles de ellos por las principales ciudades del país.

«No sabemos cómo fueron los hechos», agregó la portavoz de la organización, quien observó que en la capital colombiana no se habían recibido informes de situaciones parecidas.

El caso de Jean Farid Chang Lugo, el estudiante fallecido, fue lamentado por el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y, también, por la dirección de la Universidad Santiago de Cali (USC), en la que había seguido tres semestres de Medicina.

Santos afirmó desde la ciudad caribeña de Santa Marta, adonde viajó para un encuentro con los indígenas de la sierra nevada del mismo nombre, que su Gobierno es respetuoso de la protesta.

Pero «siempre y cuando sea una protesta en orden, o sea que no haya violencia», apuntó el jefe de Estado, quien en días pasados había advertido de la infiltración de las protestas sociales por parte de grupos guerrilleros.

La alerta fue recogida hoy en la capital colombiana por el ministro del Interior, Germán Vargas Lleras, al lamentar el caso de Cali.

El funcionario dijo que «es un hecho repudiable y demuestra que no se deben manejar explosivos en el desarrollo de estas marchas, porque siempre terminan de manera trágica».

Algunas versiones periodísticas locales aseguran que cerca del lugar en el que murió el estudiante de Cali fueron halladas varias «papas bomba» (explosivos pequeños y artesanales).

A pesar de estos hechos, la portavoz de la FEU aseguró que, en general, «las marchas han sido multitudinarias y han transcurrido en completa normalidad y la mayor diversidad».

Con esta actividad, llamada Jornada Nacional de Movilización, los universitarios de Colombia inauguraron un paro indefinido para exigir al Gobierno que desista de la reforma a la educación superior que dejó en manos del Legislativo.

La iniciativa fue modificada para descartar una propuesta de ingreso de capital privado en los establecimientos educativos estatales, posibilidad que detonó en meses pasados las primeras protestas.

El proyecto fue dejado en manos del Congreso el pasado día 3 por la ministra de Educación, María Fernanda Campo, para quien se trata de una iniciativa que facilitará la apertura en diez años de cientos de miles de cupos para bachilleres, con una mayor financiación.

Sin embargo, la FEU lo rechaza por cuanto no fue consensuado con ellos, atenta contra la financiación de las instituciones, lesiona su autonomía, pone en riesgo la calidad de la enseñanza y «reduce la educación a una mercancía».

Los estudiantes no están solos en sus críticas al proyecto. El rector de la Universidad Nacional de Colombia (UN, la más grande del país), Moisés Wasserman, no ve posible la apertura de 120.000 cupos en diez años.

Para ello sería necesario construir tres universidades como la Nacional, calculó Wasserman tras subrayar que el costo anual de un estudiante en su institución es de cinco millones de pesos.

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