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Los españoles dan victoria histórica al Partido Popular para que busque salida a la crisis

El desgaste del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero por su gestión de la crisis económica -con casi cinco millones de desempleados, la economía estancada y la deuda soberana acosada en los mercados internacionales- le pasaron la factura al PSOE y a su candidato, el veterano dirigente socialista Alfredo Pérez Rubalcaba.


Los españoles dieron un vuelco al mapa político al conceder el domingo una histórica victoria al conservador Partido Popular (PP) con una amplia mayoría absoluta en el Parlamento para que gestione la salida de la crisis, y castigaron con su mayor derrota al gobernante Partido Socialista (PSOE).

Con casi el cien por cien de los votos escrutados, el PP de Mariano Rajoy obtuvo 186 diputados, diez más que la mayoría absoluta, frente a 110 de los socialistas que perdieron 59 escaños (tenían 169) en su peor resultado desde el comienzo de la etapa democrática en España.

El respaldo logrado por el partido de centroderecha convertirá a Rajoy en el sexto presidente de la democracia española y el que atesorará el mayor poder que ha tenido hasta ahora un jefe del ejecutivo.

A su fuerte mayoría en las dos cámaras del parlamento, en el Congreso y en el Senado (136 senadores frente a 48 del PSOE), sumará el poder territorial que tiene el PP en la mayoría de las comunidades autónomas -en todas excepto Cataluña, País Vasco, Asturias y Andalucía- y en los municipios.

El desgaste del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero por su gestión de la crisis económica -con casi cinco millones de desempleados, la economía estancada y la deuda soberana acosada en los mercados internacionales- le pasaron hoy factura al PSOE y a su candidato, el veterano dirigente socialista Alfredo Pérez Rubalcaba.

El PP había centrado su campaña electoral en la importancia de lograr el respaldo de una gran mayoría para enviar un mensaje de fuerza y unidad desde España a los que desconfían de los fundamentos de la economía española y acosan a la deuda del país en los mercados hasta llevar a la prima de riesgo a niveles insostenibles a medio plazo.

Por ello, al proclamar su victoria Rajoy lanzó el mensaje de que se propone aunar todas las fuerzas del país ante esta «hora decisiva» en la que España está «un cruce de caminos que va a determinar el futuro no solo de los próximos años, sino de las próximas décadas».

«Sé muy bien lo que nos toca, para nadie es un secreto que vamos a gobernar en la más delicada coyuntura en los últimos 30 años», por lo que -dijo- «todos tendremos que aportar lo mejor de nosotros mismos» para afrontar esa «inmensa tarea».

Tras reconocer que el futuro de España se juega «hoy más que nunca en Europa», el líder conservador prometió que «dejaremos de ser un problema para volver a ser parte de la solución», aunque también advirtió de que «no va a haber milagros».

Los principales dirigentes europeos, la canciller alemana. Angela Merkel, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro británico, David Cameron, además de los representantes de las instituciones de la UE, felicitaron la misma noche del triunfo a Rajoy, quien si se cumple el calendario previsto podría tomar posesión como jefe del Ejecutivo en la semana de navidad.

Mientras tanto, continuará el Ejecutivo de Zapatero en funciones, aunque ya adelantó que no tomará decisiones de trascendencia sin consultar con Rajoy.

El dirigente conservador no desveló en la noche de su triunfo electoral ninguna medida concreta anticrisis, en las que tampoco profundizó en la campaña, aunque los analistas consideran que tendrá que acometer nuevos recortes.

Las elecciones generales dejan un Parlamento español más fragmentado con un total de 13 fuerzas políticas, tres más que en el actual, y una fuerte subida de la coalición Izquierda Unida (IU) de Cayo Lara, que pasa de los dos diputados actuales a 11, aupado por la fuga a sus filas de votos socialistas.

También llega con fuerza al conseguir grupo propio en la cámara baja Amaiur, la coalición de la izquierda independentista vasca que aglutina en sus filas a miembros próximos en el pasado al entorno político de la organización terrorista ETA, que logra siete diputados.

Estas elecciones han sido las primeras que se celebran sin la amenaza de la banda terrorista, que el pasado 20 de octubre anunció el fin de su actividad armada.

La entrada de Amaiur en el Congreso de los Diputados supone el regreso al parlamento español de los independentistas vascos tras 15 años de ausencia.

El partido Unión, Progreso y Democracia, fundado hace apenas cinco años por Rosa Díez ex dirigente del PSOE, también logró hoy una importante victoria al aumentar de uno a cinco sus diputados, con un mensaje centrado en la defensa de la unidad de España y de lucha contra el bipartidismo que en su opinión fomenta la actual ley electoral.

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