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Danielle Mitterrand, una primera dama militante y solidaria con los indígenas

Emocionados por su deceso, desde el Partido Socialista francés recordaron «su gran influencia moral para acudir en ayuda de los desheredados por todo el mundo, para defender los derechos humanos en los lugares más olvidados del planeta».


Tras una vida de compromiso por los derechos humanos y marcada militancia de izquierdas en la que defendió la voz de los pueblos indígenas latinoamericanos, kurdos o saharauis, Danielle Mitterrand, viuda del expresidente francés François Mitterrand, falleció esta noche en París a los 87 años.

Antigua enfermera de la Resistencia francesa, el activismo político de esa mujer de mirada felina -que ejerció como primera dama durante 14 años- quedó sintetizado en el cariñoso recibimiento que en 1995 y ante las cámaras de televisión le dedicó a Fidel Castro en la primera visita del líder cubano a París.

Aquel polémico abrazo entre dos amigos resumía el espíritu libre de una mujer que al día siguiente de la victoria electoral de su marido en las presidenciales de 1981 prometió que no abandonaría su militancia.

Danielle Miterrand no faltó a su palabra. En 1986 creó la fundación France Libertés para defender los derechos humanos y la autodeterminación de las minorías étnicas y convirtió la organización en una plataforma desde la que mantuvo un vínculo especial con Latinoamérica.

A través de France Libertés, que consagró uno de sus primeros proyectos a la construcción de un hospital en El Salvador, Daniell Mitterrand renovó constantemente su simpatía por ese continente mediante numerosas visitas transatlánticas en las que defendió la Amazonia, apoyó la causa del zapatista «comandante Marcos» o luchó por una solución pacífica a los conflictos armados en países como Colombia.

Emocionados por su deceso, desde el Partido Socialista recordaron «su gran influencia moral para acudir en ayuda de los desheredados por todo el mundo, para defender los derechos humanos en los lugares más olvidados del planeta».

Un profundo compromiso humanitario que también recibió el homenaje del actual presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, quien se refirió a ella como una «mujer que no abdicó nunca de sus valores y continuó los combates que consideraba justos hasta el límite de sus fuerzas».

Ese espíritu libre y contestatario de la viuda de Mitterrand, que exasperaron a menudo a la clase política francesa, estuvo a punto de costarle la vida en 1992, cuando en el Kurdistán iraquí escapó de un atentado con coche bomba.

Aquel atentado aconteció cuando aún ejercía como primera dama, posición que ocupó durante 14 de los 51 años de matrimonio con François Mitterrand. Fue una época en la que se mantuvo discreta en lo personal pero muy activa políticamente, demostrando que «la esposa del presidente podía mantener su libertad de pensamiento y de expresión», según recordó tras su muerte su sobrino y actual ministro de Cultura, Fréderic Mitterrand.

La viuda del único jefe de Estado socialista de la V República francesa, que falleció en el hospital Georges Pompidou de París, donde ingresó cuatro días antes para ser tratada de una anemia, será enterrada en el próximo sábado en Cluny, en el este de Francia.

Se trata de la localidad donde se trasladó su familia durante la Segunda Guerra Mundial, después de que su padre perdiera su puesto de director de un colegio al negarse a denunciar a los niños y profesores judíos del centro al Gobierno colaboracionista de Vichy.

Es también el municipio en el que conoció a un hombre buscado por la Gestapo que respondía al alias de «capitán Morland» y cuyo verdadero nombre era François Miterrand, con quien estuvo casada desde 1944 hasta su muerte en 1996.

De su mano llegó al Elíseo y junto a él capeó los difíciles momentos que ambos atravesaron cuando en 1994 la prensa reveló que el jefe de Estado tenía una hija ilegítima de nombre Mazarine, a quien el líder socialista mantuvo en secreto durante años.

Madre de Pascal Jean-Christophe Mitterrand y Mitterrand, autora de obras como «En toutes libertés» (1996) o «Le livre de ma mémoire» (2007), Danielle Mitterrand (Verdun, 1924 – París, 2011) mantuvo su enérgico combate altermundista hasta sus instantes finales.

Tras una primera hospitalización el pasado mes de septiembre por problemas respiratorios, siguió trabajando para celebrar en octubre el 25º aniversario de France Libertés, que goza de estatuto consultivo en las Naciones Unidas.

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