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Los indignados llegan al refugio de invierno de los ricos

Aspen, en Estados Unidos, es una de las estaciones de esquí más prestigiosas del mundo, visitada cada año por celebridades y millonarios. Pero hay quienes dicen que aún allí hay motivos para indignarse.


Cuando faltaban pocas horas para que Aspen celebrara la cena de Nochebuena, una docena de fotógrafos perseguían a la actriz Kate Hudson por el centro del pueblo. A pocos metros de la escena, cuatro miembros del movimiento Ocupa Aspen contaban las latas que querían llevar a una iglesia que este año, por primera vez, repartía alimentos y regalos a familias afectadas por la recesión.

Los fotógrafos de los famosos han viajado hasta Aspen para captar imágenes de las estrellas en la nieve y publicarlas en revistas. «Esta mañana hemos fotografiado a la modelo Heidi Klum mientras esquiaba con su familia», explica a BBC Mundo Julio, un fotógrafo mexicano que trabaja para una agencia y que se quedará en el centro de esquí hasta la primera semana de enero. Duerme pocas horas ya que algunos famosos, como Paris Hilton, recorren las discotecas de moda por la noche.

El centro de Aspen está formado por pocas calles y la mayoría de famosos terminan su recorrido en Boogie’s, una tienda de ropa que tiene una cafetería en el primer piso. «Bill Clinton siempre come aquí», explica una de las dependientas. Esa mañana habían recibido la visita de la actriz Melanie Griffith y de la cantante Mariah Carey.

Hace años que Aspen dejó de ser un pueblo minero situado a los pies de las Montañas Rocosas y se convirtió en una de las mejores estaciones de esquí del mundo, famosa por la calidad de su nieve y por su alto nivel de atención al cliente.

Con casas que pueden alcanzar los 20 millones de dólares, Aspen se ha convertido en el refugio de empresarios, estrellas de Hollywood, y familias adineradas de Europa, Asia y América Latina. El movimiento Ocupa Aspen los llama «el 1%».

El legado de Hunter Thompson

Según Lee Mulcahy, uno de los impulsores del movimiento Ocupa Aspen, muchos habitantes del pueblo han olvidado que ellos no forman parte del 1% aunque frecuenten las mismas cafeterías y pistas de esquí que este grupo. La mayoría de los 6.000 habitantes de Aspen no son ricos y famosos sino que trabajan para éstos.

«El simple hecho de vivir en Aspen no les convierte en miembros del 1%, son trabajadores y deberían ser más críticos con el sistema y defender sus derechos, explica a BBC Mundo.

«De hecho en este pueblo se concentran los mismos problemas que pueden tener grandes ciudades como Nueva York, con un 1% que acapara riqueza y una clase media que tiene más precariedad laboral que antes», afirma.

El elevado precio de la vivienda y de los servicios de Aspen ha obligado a muchos trabajadores a mudarse a pueblos cercanos. Aquellos que reúnen una serie de requisitos pueden acceder a viviendas protegidas a un precio hasta diez veces inferior al del mercado.

Aunque Ocupa Aspen sigue el modelo de Ocupa Wall Street y critica el desequilibrio en el reparto de riqueza entre el 1% y el 99% de la población, lo cierto es que el escritor Hunter Thompson utilizó argumentos parecidos en su campaña de sheriff del condado en 1970. Consciente del atractivo que empezaba a tener Aspen para los inversores, Thompson propuso rebautizar la ciudad con el nombre de Fat City (Ciudad Gorda) para hacerla menos atractiva y frenar su popularidad.

Thompson no consiguió ser sheriff ni tampoco impedir los cambios de Aspen. El pueblo sigue recordando al escritor, que se suicidó en el 2005, y cuenta ahora con un espacioso Hunter’s Bar en el centro. Los admiradores del padre del «periodismo gonzo», un estilo que apuesta por situar al periodista como protagonista de la historia que está contando, suelen desplazarse hasta el Woody Creek Tavern, un bar situado a unos veinte minutos de Aspen y que era el local preferido de Thompson.

Thompson también era cliente asiduo del bar del céntrico Hotel Jerome. Tras el suicidio del escritor, el hotel celebró una ceremonia en honor del autor de Los diarios del Ron. En la actualidad el hotel conserva una decoración que evoca su pasado minero pero reservar una habitación cuesta 500 dólares por persona.

La recesión llega a Aspen

Aspen también ha notado la recesión y el Hotel Jerome publicita en su página web una oferta de «tres noches a precio de dos» durante la temporada de esquí.

Desde que empezó la temporada de esquí se han suicidado con pocas semanas de diferencia, los propietarios de dos conocidos restaurantes de Aspen que tenían problemas financieros.

Esta es la primera Navidad que las organizaciones de reparto de alimentos y regalos de Colorado consideran necesario hacer una parada en Aspen. «Este año algunas personas de Aspen no se podían permitir comprar comida», afirmó Lynda Palevski, coordinadora de un programa de reparto de alimentos, en declaraciones a uno de los periódicos locales, el Aspen Daily News.

Para el sociólogo David Naguib Pellow, las desigualdades sociales de Aspen no son ninguna sorpresa y son un reflejo de la situación que sufre el resto del país.

Acaba de publicar junto con la socióloga Lisa Sun-Hee Park el libro The Slums of Aspen (Las pocilgas de Aspen), que detalla las dificultades de muchos inmigrantes hispanos que viven en localidades cercanas, como Carbondale o Basalt.

«No creo que la lógica actual de Aspen fuera ninguna sorpresa para Hunter Thompson, que siempre criticó las desigualdades sociales», indica Pellow a BBC Mundo.»“Para que Aspen sea económica y socialmente sostenible es imprescindible que todos los que trabajen en el pueblo participen de la riqueza que se genera».

«Desde el año 2000 Aspen tiene una normativa que protege el medioambiente pero que, a la práctica, frena la llegada de inmigrantes latinos al pueblo», asegura el sociólogo, que puntualiza que en cambio el pueblo no tiene ningún problema con la llegada masiva de turistas y famosos.

La madre de la actriz Kate Hudson, Goldie Hawn, ha sido la última en dejarse fotografiar mientras almorzaba con Melanie Griffith. Doce fotógrafos las esperaron a la salida del restaurante y las siguieron por la calle. «Pobres, menudo agobio, si es así como viven los ricos y famosos prefiero no serlo», exclamó un joven cargado con una tabla de snowboard.

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