Publicidad
BBC News Mundo

La campaña republicana se queda sin tacones

La salida de Michele Bachmann deja a los republicanos en manos de seis hombres. Para los analistas, la falta de mujeres postulantes a altos cargos políticos es la tarea pendiente de la política de EE.UU.


Los republicanos de Estados Unidos están inmersos en una larga campaña para elegir al candidato que tratará de arrebatar la presidencia a Barack Obama en las elecciones de noviembre 2012.

Los contendientes se han paseado por platós de televisión para participar en debates y entrevistas, han visitado cientos de pueblos y ciudades e incluso han compartido mesa con ciudadanos en restaurantes populares para ganar el apoyo de los votantes conservadores.

Pero, pese a este complejo entramado que incluye caucus (asambleas partidistas) o elecciones primarias en los 50 estados, para algunas analistas, esta campaña – y la política estadounidense en general- todavía tiene una tarea pendiente: la inclusión de la mujer en sus más altos cargos.

«La política estadounidense es un juego difícil y sucio, por lo que es desagradable para la mayoría de las mujeres (…) Para mejorar nuestras instituciones democráticas debería haber el mayor número posible de mujeres. Sus voces se deberían oír en la política electoral», afirma Michele Bernard.

En declaraciones a BBC Mundo, la presidenta de la organización independiente Bernard Center for Women, Politics and Public Policy asegura que los prejuicios que sufrieron las dos mujeres que trataron de llegar a la presidencia en las últimas elecciones de 2008 disuaden a posibles candidatas de presentarse.

Bernard recuerda que en aquella campaña se cuestionaron, por ejemplo, la forma «escandalosa» de reír y los escotes de Hillary Clinton, que perdió la candidatura demócrata frente a Barack Obama; mientras que de Sarah Palin, la compañera de fórmula de John McCain por el bando republicano, se dijo que ese puesto no era apropiado para una madre con varios hijos pequeños.

El adiós de Bachmann

Cuatro años después, Michele Bachmann, la única mujer entre los siete precandidatos republicanos, anunció su renuncia un día después de obtener apenas 5% de los votos y finalizar en el sexto puesto en las asambleas partidistas de Iowa.

En los cuatro meses que se mantuvo en la primera línea de campaña, al contrario de lo que hicieron en su momento Clinton y Palin -quien llegó a abogar por crear un nuevo movimiento feminista conservador y contra el aborto- Bachmann no apeló en ningún momento al voto de las mujeres ni a su género para llegar al poder.

Además, cuando presentó su candidatura fue fuertemente criticada por sus detractores por unas declaraciones en las que hizo referencia a una cita bíblica que dice que la mujer debe ser sumisa al hombre.

Y pese a que, para algunos analistas, la congresista de Minesota ha sido objeto de discriminación por su género a lo largo de su campaña, ya que se cuestionó su capacidad para dirigir un país por sus migrañas o se dijo que el atractivo físico le ayudaba a conseguir apoyos, su equipo de campaña siempre insistió en que ella no estaba interesada en «jugar el papel de víctima».

Vacío de género

Lo cierto es que la salida de Bachmann deja la campaña republicana en manos de seis hombres en un país en el que más de la mitad de los estadounidenses con derecho a voto son mujeres.

«Las mujeres acuden más a las urnas que los hombres, pero definitivamente están menos representadas en los puestos de poder político», le dijo a BBC Mundo Teri Christoph, cofundadora de la organización de mujeres conservadoras Smart Girls in Politics (Chicas Listas en Política).

El libro It Still Takes A Candidate: Why Women Don’t Run for Office plantea en ese sentido que hay un «vacío de género sustancial en las ambiciones políticas tanto en las filas demócratas como en las republicanas».

Sus autores, la profesora Jennifer Lawless, de la Universidad Americana, y su colega Richard L. Fox, de la Universidad Loyola Marymount, entrevistaron a cerca de 4.000 abogados, empresarios, educadores y activistas políticos que estaban suficientemente preparados para optar a una candidatura política.

Y llegaron a la conclusión de que es menos probable que las mujeres, aunque sean más exitosas profesionalmente, se presenten a unas elecciones por una serie de factores estructurales que les hace tener menos confianza en sí mismas y menos ambición política.

Base del Tea Party

Para Christoph, que en 2008 cofundó el blog Smart Girls in Politics para movilizar a activistas y posibles candidatas a través de las redes sociales y que hoy cuenta con más de 40.000 seguidoras, presentar una candidatura conlleva «grandes responsabilidades» difíciles de compatibilizar con las «obligaciones familiares, comunitarias y laborales» de muchas estadounidenses.

Sin embargo, confía en que en el los próximos años habrá más candidatas republicanas a la presidencia porque, dice, las mujeres están teniendo un «papel fundamental en el resurgimiento de las bases del movimiento conservador».

Christoph señala que en el curso 2009-2010, las mujeres organizaron el 55% de los Tea Party, las organizaciones del movimiento conservador que ha dominado la escena republicana en los últimos dos años.

«Las votantes quieren principalmente al candidato más apropiado para el cargo, sin tener en cuenta el género. Pero también está la necesidad de que haya más mujeres candidatas para que haya una mayor variedad donde elegir», sentenció.

Por su parte, Sue Lynch, presidenta de la Federación Nacional de Mujeres Republicanas, recuerda que en las elecciones de mitad de periodo de 2010 (en las que se renovó la Cámara de Representantes y un tercio del Senado) se dio la «mayor participación de mujeres de la historia de este partido».

Además confía en que haya «más mujeres republicanas candidatas en las elecciones de 2012» en las que también se elegirá a un tercio de los senadores y a los miembros de la Cámara de Representantes.

«Honestamente, creo que todavía hay una red predominante de hombres, pero creo que viendo la situación actual en el Congreso, hay mujeres republicanas que están rompiendo moldes y asumiendo puestos de liderazgo», sostiene.

«Más cerca» de una mujer presidenta

Las elecciones presidenciales de 1992, en las que ganó Bill Clinton, se conocen como el «Año de las Mujeres» por ser en las que más candidatas concurrieron al Congreso de EE.UU. Además, en las últimas tres décadas, el número de congresistas se ha triplicado.

Sin embargo, según datos del Instituto de Políticas y Mujer de la Universidad Americana de Washington, en la sesión inaugural del Congreso de EE.UU en enero de 2011, el 83% de sus miembros eran hombres y el país ocupa la 90ª posición en cuanto al número de mujeres legisladoras.

Además, Estados Unidos todavía no ha tenido una presidenta ni vicepresidenta.

En una ocasión, en un encuentro presidido por la directora de Mujeres ONU y expresidenta de Chile, Michele Bachelet, y en el que también participaba la mandataria de Brasil, Dilma Rousseff, Hilary Clinton mostró su «envidia» en tono de broma ante las mandatarias porque consiguieron la oportunidad que ella perdió en 2008.

«Como alguien que ha tratado de ser presidenta, es muy alentador ver a algunas que finalmente lo han logrado», afirmó entonces Clinton que, en la actualidad, es la mujer con mayor poder político en EE.UU.

Pero, pese a que ella no lo consiguió, para las analistas consultadas por BBC Mundo, ese momento está «más cerca».

«El hecho de que tantas mujeres se estén haciendo activas políticamente en los últimos años es un buen indicador de que la primera mujer presidenta está en algún lugar ahí fuera», sostiene la directora de Smart Girls in Politics.

Publicidad

Tendencias