Tras el cierre de las mesas electorales, la televisión estatal asegura que la participación fue masiva en todo el país y, sobre todo, en Damasco. Un corresponsal de la BBC, sin embargo, aseguró haber visto a pocos votantes.
El gobierno sirio llevó a cabo este domingo un referendo para la redacción de una nueva constitución, en medio de disturbios violentos -que dejaron al menos 30 muertos solo este domingo- y un boicot de la oposición.
El nuevo proyecto dejaría de lado la cláusula según la cual el gobernante Partido Baath es el “líder de la nación y la sociedad”.
La oposición, sin embargo, rechazó la votación pues la considera una farsa y continúa exigiendo el retiro del presidente Bashar al Asad.
La votación se produjo en medio de una continua violencia, que según activistas dejó a 80 personas muertas en el país el día sábado.
Más temprano, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, llamó al pueblo sirio de las ciudades más grandes -Damasco y Aleppo- a “levantarse” contra el gobierno del presidente Al Asad.
Diversas tomas de los fallecidos en el distrito de Khalidieh, en Homs, fueron dadas a conocer a través de YouTube.
Clinton volvió a alertar que la intervención extranjera sólo aceleraría una guerra civil. Sostuvo que una operación similar a la de Libia no era posible porque a diferencia de las fuerzas que combatieron a Gadafi, en Libia la oposición no controla territorio.
A pesar de los disturbios, el gobierno siguió adelante con la organización del referendo y activó más de 13.000 centros de votación para los 14,6 millones de votantes.
El proceso comenzó a la 07:00 hora local (05:00 GMT) y se espera que permanezcan abiertas durante 12 horas.
La televisión estatal siria informó de una gran asistencia a las urnas durante la jornada en todo el país y sobre todo en la capital. Sin embargo, un corresponsal de la BBC que visitó centros de votación en Damasco informó que los electores eran muy pocos.
La constitución ha sido rechazada de plano por la oposición, que señala que el régimen nunca ha respetado lel actual documento que consagra la libertad de expresión y las manifestaciones pacíficas, y además prohíbe la tortura.
Estados Unidos, por su parte, ha calificado el referendo como “ridículo”.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo activista con sede en Reino Unido, dijo que las muertes del sábado en la asediada ciudad de Homs incluyeron a 24 civiles.
Se dijo también que 23 soldados del gobierno murieron en enfrentamientos con grupos rebeldes en todo el país.
La Cruz Roja ha tratado de evacuar a las personas que continúan atrapadas en el suburbio de Homs, Baba Amr, pero admitió no haber avanzado este sábado.
La televisión estatal siria mostró imágenes del presidente Bashar al Asad y su esposa en el centro de votación.
Entre las personas que tratan de ayudar se encuentran los periodistas heridos, Edith Bouvier y Paul Conroy. También quieren recuperar los cuerpos de los dos periodistas fallecidos la semana pasada, Marie Colvin y Remi Ochlik.
Cientos de rebeldes armados del Ejército Libre Sirio permanecen en la zona. Mientras tanto, la presión sobre el presidente Asad aumenta para que ponga fin a la represión de los opositores que comenzó hace 11 meses.
El exsecretario general de Naciones Unidas Kofi Annan, nuevo enviado de la ONU y la Liga Árabe a Siria, llamó a todas las partes a cooperar en la búsqueda de una solución pacífica a la crisis.
El viernes pasado se llevó a cabo una reunión del Grupo de Amigos de Siria en Túnez. Los delegados de 70 países emitieron una declaración llamando al gobierno de Damasco a poner fin a la violencia de inmediato, permitir el acceso humanitario y la entrega de suministros de ayuda.
La ONU estima que en enero unas 5.400 personas habían muerto en el conflicto. Los activistas dicen que la cifra de muertos supera los 7.300.
El restrigido acceso de periodistas extranjeros al país no permite que las cifras de víctimas puedan ser verificadas.
