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Garzón vivió emotivo homenaje en Argentina por su defensa de los DD.HH.

Pocos días después de su expulsión de la carrera judicial por ordenar escuchas telefónicas en un sonado caso de corrupción en España y de haber sido absuelto por el delito de prevaricación tras haberse declarado competente para investigar los crímenes del franquismo, el magistrado fue reivindicado este jueves por personalidades de la política, la cultura y los derechos humanos en Buenos Aires.


El juez español Baltasar Garzón, inhabilitado en España por las escuchas a una red de corrupción, recibió un cálido homenaje de grupos de Derechos Humanos en Argentina, donde es conocido por abrir la senda para juzgar a represores de la dictadura por crímenes de lesa humanidad.

Pocos días después de su expulsión de la carrera judicial por ordenar escuchas telefónicas en un sonado caso de corrupción en España y de haber sido absuelto por el delito de prevaricación tras haberse declarado competente para investigar los crímenes del franquismo, el magistrado fue reivindicado este jueves por personalidades de la política, la cultura y los derechos humanos en Buenos Aires.

Primero fue la presidenta argentina, Cristina Fernández, quien reconoció su figura al inaugurar el nuevo período legislativo con un discurso en el que consideró su inhabilitación como una «afrenta contra la justicia universal».

Fernández, «en nombre de millones de argentinos», alabó el rol en «la defensa de los derechos humanos» del juez, que fue aplaudido en pie por los senadores y diputados presentes en la sede del Parlamento.

«En los países desarrollados se puede procesar a los tiranuelos de las republiquetas, como nos consideran. Y la verdad es que su juzgamiento por haber intentado desvelar la tragedia del franquismo es una afrenta para la justicia universal que muchos dicen defender cuando se trata de países que ellos consideran de segunda», apuntó la mandataria.

Arropado por las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo, Garzón ofreció después una conferencia sobre la memoria compartida entre ambos países, en la que prometió «no atacar» al Tribunal Supremo de su país.

«Mi conciencia está tranquila y va a seguir estándolo. Repetiría insistentemente mi intención de investigar los crímenes del franquismo porque lo que hice está ajustado a derecho», explicó.

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