Publicidad
BBC News Mundo

La economía global vuelve a pensar en el oro como salvavidas

En medio de la inestabilidad de la crisis económica, muchas voces piden volver a una solución de hace décadas: el patrón oro. No pocos lo ven como el seguro de vida ante la fragilidad del sistema financiero.


Mientras los bancos centrales de todo el mundo se dedican a imprimir dinero para inyectarlo en el sistema financiero y evitar que deje de fluir el crédito, aumenta la popularidad de las teorías que defienden un regreso al patrón oro.

El patrón oro, vigente hasta principios del siglo XX, estaba basado en el compromiso adoptado por los países para fijar el valor de sus monedas en base a una determinada cantidad de oro. El emisor de la divisa garantizaba que podía devolver al poseedor de sus billetes la cantidad de oro representada en ellos.

En opinión del banquero Kim Rickards, debe hacerse algo para que los gobiernos dejen de imprimir moneda y así sean capaces manejar sus deudas, ya que con sus políticas perjudican a los ahorradores al hacer que el dinero valga menos.

«El peor caso sería el de la hiperinflación, que perjudicaría a todo el mundo. Seguir el patrón oro haría que eso fuera imposible y, en consecuencia, haría que los gobiernos y los bancos centrales dejaran de abusar de su poder», señala Rickards.

Ross Norman, de la firma de corredores de oro Sharps Pixley, de Londres, no cree que ese metal sea necesariamente el medio que debiera elegirse, aunque considera podría ser parte de la solución.

«No creo que podamos volver al patrón oro como tal, aunque pienso que a los bancos centrales se les podrían imponer algunos límites financieros o cierta disciplina para evitar que expandan en exceso sus cuentas», asegura.

«De alguna manera, el oro cumple ese papel», señala Norman.

Pero este no es un argumento con el que todo el mundo esté de acuerdo.

«No funciona»

«Estoy totalmente en desacuerdo con la idea de volver al patrón oro», asegura Gerard Lyons, del Banco Standard Chartered.

«Lo que vimos en el pasado es que el patrón oro no funcionó».

«En cualquier situación en la que se esté, (el patrón oro) la complica aún más. Si se está en un buen periodo, hace que este se convierta en un periodo de especulación. Si se está en una mala época, hace que esta sea todavía peor», argumenta Lyons.

Los bancos centrales de los países emergentes necesitan instrumentos para protegerse y esos bancos no quieren tener todas sus reservas en dólares.

«Hay pocas alternativas en cuanto a divisas que puedan ser utilizadas», asegura Lyons. «Así que el oro está tiene una mayor proporción en cuanto a las reservas de divisas en el mundo emergente», señala Lyons.

El economista cree que hay toda una serie de asuntos que deben ser resueltos, como la necesidad de estabilidad.

«Creo que la creciente importancia del oro de alguna manera muestra un cambio a un mundo multipolar y con múltiples divisas», asegura.

«Tiene sentido que en el futuro más países piensen en cómo manejar sus divisas frente a la canasta de divisas con las que comercian. Se trata menos sobre el oro y más sobre que el mundo está cambiando. El oro no ofrece esa flexibilidad», señala.

Sin embargo, se espera que la alta demanda de oro se mantenga mientras economías como las de China e India crecen y se vuelven más ricas.

Demanda en aumento

Ben Bernanke, jefe de la Reserva Federal de EE.UU., dijo que la principal razón para tener reservas de oro es que algo pueda ir mal en el sistema financiero.

Por eso, según Bernanke, se tiene una pequeña cantidad de oro, porque aunque se cree que tendrá un valor intrínseco como cualquier otra materia prima, es probable que tenga un mayor valor en caso de que se produzca una sacudida en el sistema financiero.

Lyons considera que el oro debe ser tratado como una materia prima básica, como los alimentos o el petróleo, y, como cualquier otra materia prima, tiene una base firme y un techo flexible.

«El techo flexible del petróleo serían los riesgos geopolíticos, que hacen que el techo (precio) suba todavía más».

«Para el oro, el techo flexible es cuando la gente se preocupa por el dólar o la inflación global», asegura.

Pero la tendencia que vislumbra a largo plazo es que cada vez habrá más ricos en los países emergentes y es probable que muchos de ellos demanden oro en el futuro por razones muy diferentes.

La demanda de oro para joyería llegó a su máximo en 2000, pero la demanda de este metal en forma de monedas o lingotes continúa aumentando.

«Muchas de las compras que hemos visto en los dos últimos años han sido en forma de monedas y lingotes, lo que refleja un sentimiento diferente. La gente está preocupada por la solvencia bancaria e incluso por que se pueda producir un desastre económico», concluye Lyons.

Publicidad

Tendencias