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Lo que se sabe de los tiroteos en Francia

Tres ataques de un hombre en ciclomotor, con arma del mismo calibre y a pocos kilómetros a la redonda. Lo que las víctimas tienen en común es que pertenecen a minorías étnicas o religiosas: del norte de África, el Caribe y de la comunidad judía. Ese perfil hace temer que se trate de un asesino en serie.


En los últimos días, tres ataques de armas de fuego en Francia dejaron siete muertos y dos heridos. La similitud de los tres casos tiene en alerta a la policía del suroeste del país, donde sobrevuela el temor de un asesino en serie.

En los tres incidentes se cree que el atacante fue un hombre armado que iba en ciclomotor, con un arma del mismo calibre y que actúa a plena luz del día.

Todos los ataques ocurrieron en un radio de unos 50 kilómetros, entre las ciudades de Toulouse y Montauban.

Los dos primeros tenían como objetivo soldados, pero el tercero fue en una escuela.

Lo que las víctimas tienen en común es que pertenecen a minorías étnicas o religiosas: del norte de África, el Caribe y de la comunidad judía.

Algunos informes indican que fueron elegidos especialmente pues, en al menos un ataque, el asesino empujó a un lado a otros transeúntes para llegar a sus víctimas.

La búsqueda del asesino ya está en marcha. La policía nacional emprendió una investigación, y los expertos antiterroristas y en crímenes seriales están a disposición de las autoridades.

Aunque poco se ha informado sobre la identidad o la motivación de quien el diario Le Figaro llama «el hombre más buscado de Francia», el primer ataque puede haber dejado algunas pistas.

Aviso web

Los investigadores creen que es «muy posible» que se haya utilizado la misma pistola calibre .45 en los dos primeros tiroteos, según le dijo una fuente judicial a la agencia AFP varios días antes del tercer ataque.

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El domingo 11 de marzo, Imad Ibn Ziaten, un suboficial del primer regimiento de paracaidistas, de 30 años,, fue muerto a tiros alrededor de las cuatro de la tarde detrás de una escuela en un barrio tranquilo de Toulouse.

Según Le Figaro, el sargento Ibn Ziaten, quien iba vestido de civil, esperaba sin saberlo a su propio asesino.

Había publicado un pequeño anuncio en un sitio de internet para vender una moto Suzuki Bandit, y el sospechoso había organizado un encuentro para verla.

El cuerpo del sargento fue hallado con un disparo en la cabeza, y su moto junto a él.

La policía cibernética francesa está trabajando para extraer pistas de los intercambios de internet de los dos hombres, dice Le Figaro.

Ibn Ziaten tenía un historial impecable, subrayó la fiscalía, rechazando las versiones de que podría haber habido algún elemento del hampa involucrado en el asesinato.

Tatuaje

En el segundo ataque, ocurrido en Montauban el jueves 15 de marzo, el pistolero en moto fue registrado por 46 cámaras de vigilancia, según Le Figaro.

Las imágenes mostraban a «un hombre con ropa oscura que llevaba un casco negro y conducía un ciclomotor de gran alcance».

Se cree que las imágenes de CCTV -a disposición de los investigadores- incluyen la escena del asesinato, tomada por la cámara del cajero automático usado por los tres soldados paracaidistas atacados.

Al igual que el sargento Ibn Ziaten, el cabo Abel Chennouf, de 24 años, y el soldado Legouad Mohamed, de 26, eran de origen magrebí.

Un tercer paracaidista de 28 años de edad, el cabo Loic Liber, de la región francesa de ultramar de Guadalupe, quedó en estado de coma.

En Montauban hubo numerosos testigos del ataque, que ocurrió alrededor de las dos de la tarde fuera de un pequeño centro comercial.

Antes de abrir fuego contra los tres militares armados y uniformados, el atacante se colocó al lado de una anciana, que al parecer estaba haciendo cola en el cajero automático.

El asesino fue descrito como un hombre pequeño que actuaba con calma y que se detuvo a cambiar el cargador de su pistola.

Los testigos dijeron que el asesino se volteó hacia uno de los heridos que estaba tratando de alejarse a rastras y disparó tres veces más contra él.

Uno de los testigos describió al asesino como «de estatura media y bastante gordo» y le dijo a la emisora francesa RTL que en un momento se le levantó la cubierta del casco y le vio los ojos y un tatuaje en la cara. No hay indicios de su origen étnico.

«Todo a su paso»

Este lunes, 19 de marzo, un hombre armado en un ciclomotor atacó la escuela judía Ozar Hatorah en Toulouse y mató a tres niños de tres, seis y diez años y a un profesor de educación religiosa de 30 años de edad.

Un joven de 17 resultó herido. Los nombres de las víctimas fueron dados a conocer.

El ministro del Interior, Claude Guéant, le dijo a la AFP que había «similitudes» entre los dos primeros ataques y la policía dijo que en los tres ataques se usó un arma del mismo calibre.

«No pueden dejar de notarse las similitudes entre los ataques a nuestros soldados en Toulouse y en Montauban y luego el horrible ataque a los niños de esta mañana», reconoció.

En un aspecto, sin embargo, el tercer ataque parece diferente: el hombre armado habría disparado indiscriminadamente en el interior del recinto escolar.

«Le disparó a todo a su paso, a niños y adultos, y persiguió a algunos niños en la escuela», les dijo el fiscal Michel Valet a los periodistas.

Como resultado del ataque, Guéant ordenó que se refuerce la vigilancia en todas las escuelas judías de Francia.

Después de los ataques contra los soldados también se reforzó la seguridad en las bases militares del sudoeste francés.

Motivo difícil de establecer

Los medios franceses han especulado si los ataques podrían estar relacionados con el terrorismo y que fueran, por ejemplo, un acto de venganza islámica contra las fuerzas francesas desplegadas en Afganistán.

Sin embargo, sólo uno de los soldados había servido en Afganistán, y el ataque a la escuela judía no se ajusta a ese patrón.

El hecho de que ninguno de los soldados muertos tuviera antecedentes penales, salvo una infracción por exceso de velocidad en un caso, parece echar por tierra la teoría de que hubiera alguna banda criminal involucrada.

Por otra parte, los soldados en Montauban no conocían al sargento muerto en Toulouse, según la televisión francesa.

Otra teoría es que se trate de ataques motivados por odio racial. Toulouse alberga a grandes comunidades tanto de judíos como de musulmanes del norte de África.

El jefe del Consejo Musulmán Francés, Mohammed Moussaoui, condenó el ataque a la escuela judía y expresó su «solidaridad y la de los musulmanes en Francia con la comunidad judía».

Por ahora, todas las teorías siguen siendo mera especulación.

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