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El plan de paz de Kofi Annan para Siria se niega a morir

Puede que sea demasiado pronto como para dar por frustrado el plan de paz de Kofi Annan para Siria, la única opción diplomática que subsiste para resolver el conflicto en ese país.


Puede que sea demasiado pronto como para dar por muerto el plan de paz de Kofi Annan para Siria. Ciertamente eso piensa el propio Annan, quien ha descrito su plan como todavía «muy vigente», pero no es mucho más lo que podría hacer.

No está listo para darle el certificado de defunción al plan por la simple razón de que es la única solución diplomática en juego. Está respaldada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, por la oposición siria y, al menos retóricamente, por el mismo Gobierno sirio.

Dicho lo cual, el plan de Annan no se ve saludable para nada. Bajo sus términos, el Gobierno sirio tendría que haber retirado sus armas pesadas y sus soldados de áreas residenciales «enteramente» a más tardar el 10 de abril.

Éste conduciría a una tregua completa en el lapso de 48 horas. El plan podría seguir en la mesa de negociaciones, pero el tiempo se está acabando rápidamente.

En efecto, durante los últimos días se han intensificado los combates. El Gobierno sirio insistió en garantías de la oposición de que también respetarán el cese del fuego.

Y lo más preocupante de todo, los disparos han atravesado la frontera entre Siria y Turquía. Dos sirios que cruzaban la frontera resultaron muertos y unos 15 heridos.

El riesgo de esto es una escalada de la crisis, con la probabilidad de que Turquía defienda muscularmente su propio territorio.

El ministro de relaciones exteriores turco, Ahmet Davotoglu, está acortando un viaje a China para volver a su país a raíz del incidente.

«Más decisivo»

El canciller de Siria, Walid Muallem, discutió el plan de paz de Annan con su homólogo ruso, Sergei Lavrov.

El canciller de Siria, Walid Muallem, discutió el plan de paz de Annan con su homólogo ruso, Sergei Lavrov.

La visita el martes a Moscú del canciller sirio, Walid Muallem, presentó una oportunidad para Rusia, aparentemente el único país con alguna influencia —aunque limitada— sobre el régimen sirio, para aplicar presión adicional.

El canciller ruso, Sergei Lavrov, dejó en claro que ha dicho a su homólogo sirio que sus acciones «podrían ser más activas» y «más decisivas» en términos de implementar el plan de Annan.

Según Lavrov, el canciller sirio le aseguró que su gobierno había empezado a implementar los requerimientos sobre el uso de armas en ciudades. Pero no se dieron más detalles.

Y mientras que los rusos parecen haber sido francos en su evaluación, Lavrov subrayó la posición tradicional de Moscú de que la oposición siria también se comprometa al plan de Annan. Rusia parece desear el cambio en Siria, pero no al precio del caos.

Las propuestas de Kofi Annan, a diferencia del plan de paz de la Liga Árabe para Siria, no requieren que el presidente Bashar al Assad entregue el poder a su vicepresidente.

Simplemente había un compromiso para trabajar con Annan hacia «un proceso político inclusivo». Por esto es que se creía que el presidente Assad apoyaría el trato.

Escalada

Siria está comprando tiempo para escalar su arremetida armada contra la oposición, dice Jonathan Marcus, de la BBC.

Siria está comprando tiempo para escalar su arremetida armada contra la oposición, dice Jonathan Marcus, de la BBC.

Pero las realidades de la situación no han cambiado. El régimen sirio se ve a sí mismo contra la pared, luchando por su supervivencia.

Ha estado dispuesto a emplear una fuerza terrible contra sus propios ciudadanos, usando las divisiones de la comunidad internacional y la carencia de opciones para comprar tiempo y escalar su embestida militar contra la oposición. Está claro que no ve ningún beneficio en un trato negociado que pudiera debilitar su control del poder.

Igualmente, la oposición no tiene la capacidad de fuego para cargar con los militares sirios.

Ahora el peligro es que un creciente flujo de armas a los rebeldes militarizará aún más la crisis, convirtiéndola en una guerra civil a gran escala.

Podría haber mucho más disgustos en el camino. Esto conlleva el creciente riesgo de que algún incidente fronterizo con Turquía pueda agotar la paciencia de Ankara y animar a sus soldados a involucrarse directamente.

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