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Comisión Europea aprobará remodelación de banca española nacionalizada y la ayuda pública

Del monto destinado, la mayor parte será para Bankia y Catalunya Caixa, seguidas de Novagalicia y el Banco de Valencia.


La Comisión Europea (CE) aprobará este miércoles los planes de reestructuración de los cuatro bancos españoles nacionalizados, que implicarán el paso previo a la inyección de capital europeo de unos 37.000 millones de euros para sanearlos.

El vicepresidente y comisario de Competencia, Joaquín Almunia, anunciará las líneas generales de los planes de reestructuración y recapitalización de Bankia, Catalunya Caixa, Banco de Valencia y Nocagalicia negociados con el Gobierno español y el Banco de España en una rueda de prensa sobre las 10.00 GMT.

El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) dio ayer el visto bueno a los planes de reestructuración de las cuatro entidades en manos del Estado, como paso previo al aprobado final de hoy por la CE.

Con su decisión, la CE dará luz verde a un profundo saneamiento del sector que decidirá el futuro de miles de empleados y de los miles de consumidores que invertieron en participaciones preferentes.

Las cuatro entidades nacionalizadas necesitarán una inyección de capital en torno a 37.000 millones de euros, según confirmó el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, el lunes en Bruselas, donde también dijo que los bancos dispondrán de cinco años para acometer las condiciones impuestas por Bruselas.

Los planes revelarán la cantidad exacta de ayuda que necesitará cada banco en el marco del rescate europeo al sector financiero español, que, en su conjunto recibirá unos 40.000 millones de euros.

Del monto destinado a las nacionalizadas, la mayor parte será para Bankia y Catalunya Caixa, seguidas de Novagalicia y el Banco de Valencia, según reveló el análisis de la consultora Oliver Wyman.

Además, habrá una inyección de capital para la participación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en la Sociedad de gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), conocido como el «banco malo».

La CE se basa en los principios de viabilidad, el reparto de la carga y la limitación de las distorsiones de la competencia para decidir sobre posibles recortes de actividades no rentables, cesiones o racionalizaciones de redes de sucursales y de plantillas.

También incluye, entre otras medidas, la venta de participaciones y activos secundarios, la eliminación de negocios secundarios o liquidaciones de bancos no viables.

Sin embargo, Almunia no prevé dar a conocer cifras de posibles despidos y cierres de oficinas, una información que deberán dar los propios bancos afectados.

Aunque buena parte del contenido de los planes de reestructuración que recibe la CE es confidencial, sí se sabe que Bruselas impondrá una reducción del tamaño de los bancos nacionalizados y que previsiblemente delineará la aplicación de las medidas para repartir la carga entre los titulares de capital híbrido y de deuda subordinada, como son las participaciones preferentes.

La asistencia financiera europea a la banca española establece la conversión del capital híbrido y de la deuda subordinada en recursos propios con ocasión de la inyección de capital público o mediante la recompra «con descuentos considerables», lo que significa que los inversores en preferentes tendrán que asumir pérdidas de sus inversiones, en muchos casos los ahorros de toda una vida.

Una vez aprobados los planes de reestructuración de las cuatro entidades nacionalizadas, los ministros de Finanzas de la eurozona podrán autorizar el desembolso del primer tramo de ayuda a España, en base a la recomendación favorable de la troika (la CE, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional).

Se espera que este visto bueno llegue en el próximo Eurogrupo del 3 de diciembre.

El Gobierno español espera recibir la ayuda europea a mediados de diciembre.

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