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El lesbianismo también fue juzgado en el Siglo XVII por la Inquisición

El historiador recurre a un antiguo archivo de hace más de 400 años, en donde se indica que “trataba la una a la otra con un artificio de caña en forma de natura de hombre”. A su manera, Inés y Catalina se inventaron (y fabricaron) una especie de consolador, objeto tan antiguo que la arqueología data algunos con más de 25.000 años.


Una investigación pormenorizada de la persecución que realizó la Inquisición a una relación homosexual femenina realizó el historiador estadounidense Federico Garza Carvajal, siendo el primer caso de este tipo del que existen antecedentes documentados.

A través del libro titulado “Las Cañitas”, el investigador detalla aspectos crueles, un amor pasional y verdadero mezclado con rasgos sombríos de lo que fue la Santa Inquisición, según indica una nota en el diario español El País.

En su texto, Garza Carvajal da cuenta de una extenso proceso por lesbianismo ocurrido a principios del Siglo XVII entre Valladolid y Salamanca, el peregrinaje y calvario de dos mujeres que se amaron a pesar del contexto social y cultural de la época y que lucharon por estar unidas y se defendieron como pudieron en una etapa de la historia caracterizada por la oscuridad y la hostilidad.

La historia narra lo ocurrido en junio de 1603 con Inés de Santa Cruz, mujer que fue “monja-beata-priora”, y su compañera Catalina Ledesma, quienes fueron apresadas y juzgadas en Salamancas por “bujarronas” (somoditas).

El historiador recurre a un antiguo documento de hace más de 400 años, en donde se indica que “trataba la una a la otra con un artificio de caña en forma de natura de hombre”. A su manera, Inés y Catalina se inventaron (y fabricaron) una especie de consolador, objeto tan antiguo que la arqueología data algunos con más de 25.000 años. En los tiempos de Las Cañitas, eran muy populares y de diversa factura. La descripción de las relaciones íntimas de las dos mujeres llega a detalles como estos al referirse a Inés: “Con sus manos la abría la natura a la dicha Catalina hasta que derramaba las simientes de su cuerpo en la natura de la otra por lo cual las llamaban Las Cañitas y esto es público y notorio entre las personas que las conocen”. El escribiente no se cortó en detalles: “Había mucho escándalo y murmuraciones en el barrio”. Aquel había sido el punto más sórdido y doloroso de la historia, pero en realidad, la lucha de Inés y Catalina venía de lejos. Como señala Garza Carvajal, “a efectos judiciales no era la primera vez que Catalina e Inés estuvieron detenidas por tener relaciones lésbicas”. Y hay un proceso anterior en Valladolid en 1601 a las mismas mujeres que también ha sido sacado ahora a la luz, como dos siniestros capítulos del mismo drama”.

El investigador señala que halló en Simancas un importante documento y según relata “hacía tiempo había empezado a investigar sobre la sodomía masculina a partir de que me doctoré en Ámsterdam en 2000. Tardé dos años en la lectura y transcripción del proceso, y primero escribí mi libro en inglés, e hice después un segundo libro en español que se edita primero. A fines del verano saldrá la edición inglesa”.

Agrega que en España existen destacados archivos en donde “hay mucho que buscar, y aunque vivo a caballo entre París y Valladolid, no quiero alejarme de Simancas. También he investigado en archivos de Sevilla, Burgos, Madrid y Toledo. Mi vida está en los archivos y doy gracias a Isabel Aguirre [jefa de la Sala del Lector del Archivo de Simancas], que me ha ayudado mucho. Recuerdo que en 1992 el historiador español Rafael Carranco, que actualmente es catedrático en Montpellier, me orientó hacia Simancas”.

Incluso recurrió a la Capilla de las Reliquias del Archivo de Valladolid donde hurgó en busca de faltantes a su relato.

A pesar que no tiene seguridad de que el documento, de 142 páginas, sea el único, lo cierto es que hasta el momento es el único escrito que se conoce en donde se da a conocer este juicio contra dos mujeres que manifestaron su amor.

Es así como el libro recoge los tres procesos llevados a cabo, dos en Valladolid y uno en Salamanca, contra Inés y Catalina entre 1603 y 1606, relatando las tormentosas circunstancias y vicisitudes que culminaron, después de múltiples apelaciones, con la drástica separación de las dos amantes, que insistieron en reencontrarse.

Catalina Ledesma e Inés Santa Cruz fueron azotadas y condenadas al destierro, pero años más tarde llegó un perdón real.

Como historiador reconoce que sí existe bastante documentación en España como en el resto de Europa de procesos realizados por la Inquisición por sodomía masculina, pero añade que “creo que es un material de archivo único. Algunos estudiosos han escrito sobre lesbianismo en el siglo XVII, pero fundamentalmente a base de materiales literarios”.

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