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Advierten que manifestaciones en Brasil puedan ser “secuestradas” por grupos ideológicos violentos Hay temor de que la primavera democrática pueda desembocar en un «régimen de Terror”

Advierten que manifestaciones en Brasil puedan ser “secuestradas” por grupos ideológicos violentos

“Lo que había comenzado como la esperanza de un despertar de la gente para exigir de las instituciones políticas menor corrupción y mejores servicios públicos y, en definitiva, una democracia más amplia y participada a través de las nuevas redes de información, ha empezado a ser dominado por una serie de grupos extremistas que predican una cierta estética de la violencia contra el capitalismo clásico que acaba desembocando en anarquía, colocando en riesgo valores que deben ser sagrados para cualquier democracia moderna”.


¿Están siendo secuestradas las manifestaciones de protesta de Brasil? Con esta interrogante se inicia un artículo en el diario español El País, en donde se señala que las protestas callejeras en ese país sudamericano “empieza a cernirse un grave peligro” como es la aparición de grupos ideológicos violentos tanto de extrema izquierda como de extrema derecha y “una demonización de las fuerzas del orden y una puesta en cuestión de valores democráticos que deberían ser preservados a todas costas”.

La nota también indica que han empezado a aparecer banderas de los partidos políticos y sindicatos a los que la sociedad les estaba pidiendo cuentas.

“Lo que había comenzado como la esperanza de un despertar de la gente para exigir de las instituciones políticas menor corrupción y mejores servicios públicos y, en definitiva, una democracia más amplia y participada a través de las nuevas redes de información, ha empezado a ser dominado por una serie de grupos extremistas que predican una cierta estética de la violencia contra el capitalismo clásico que acaba desembocando en anarquía, colocando en riesgo valores que deben ser sagrados para cualquier democracia moderna”, explica.

El primero en colocar una alerta por el peligro de que las manifestaciones pudieran “ser secuestradas por el extremismo violento de izquierdas al servicio de intereses oscuros al margen de los deseos de una regeneración de la política y de la democracia”, fue Reinaldo Azevedo en su blog.

Azevedo explica que “si los políticos son lamentables; si los servicios públicos son insuficientes, si la corrupción es insoportable, la única forma- ¡la ÚNICA!” de salir de ello es exigiendo mayor respeto a las leyes”.

El principal temor de Azevedo es que podría ser una primavera democrática pueda desembocar en un «régimen de Terror”.

Además, el sociólogo Demétrio Magnoli señala en el diario O Globo sobre el peligro de que los “actuales grupos violentos, cada día más presentes en las manifestaciones, como ayer en Sâo Paulo y Río, destruyendo agencias bancarias, ocupando sedes de instituciones políticas e impidiendo a la llamada “prensa tradicional” actuar en la calle al considerarse que está al “servicio del capitalismo”, pueden ser una reencarnación de movimientos que ya sufrió por ejemplo Alemania con el grupo Baader-Meinhoff e Italia en los años setenta y ochenta con la mística revolucionaria de las Brigadas Rojas, de Lucha Continua o Autonomía obrera”.

Incluso menciona que fue esa estética de la violencia la que llevó a las Brigadas Rojas al secuestro y asesinato de Aldo Moro que se transformó en el símbolo de la lucha contra el “compromiso histórico” entre la DC de Moro y el PC reformista de Berlinguer.

“Fueron aquellos movimientos los que, adoctrinados por intelectuales como Toni Negri o Pablo Ortellado elogiaban la “acción simbólica” de la destrucción de los templos del capitalismo, como arte y estética de la muerte del mismo. Negri llegó a apellidar al terrorismo como el “alba de la revolución””, sostiene el artículo.

Y añade que si la pregunta que se podría hacer respecto a aquella estética de la violencia llevó a Italia a una democracia más madura y a una menor corrupción, “la respuesta es clara y hasta tiene un nombre: Berlusconi, una caricatura de los verdaderos valores políticos y civilizatorios”.

“En Brasil, quienes han empezado a dominar las manifestaciones son el grupo de los Black Blocs a los que se han unido otros colectivos que sintonizan con ellos. Quizás a ello se debe a que la sociedad sin banderas y sin ideologías predeterminadas, ansiosa sólo de un país más limpio, más libre, más moderno y con políticos menos corruptos haya empezado a dejar de salir a la calle, en manos esta de los que predican la “estética de la violencia””, precisa.

La nota expresa que lo paradójico es que el secuestro de las manifestaciones espontáneas y democráticas por la violencia de la estética “podría redundar más bien en beneficio de los políticos que buscan cualquier excusa para dejar todo como está, es decir, dejarles seguir alimentándose con sus corrupciones y privilegios”.

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