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Foro ciudadano para la paz en Colombia plantea nuevo rumbo en lucha antidroga

Foro ciudadano para la paz en Colombia plantea nuevo rumbo en lucha antidroga

Consideran fallida la llamada guerra contra las drogas, que se remonta a 1971 cuando el Gobierno del entonces presidente de EE.UU., Richard Nixon, la basó en la prohibición y el ataque a la producción.


El foro ciudadano convocado por la ONU y la Universidad Nacional de Colombia para debatir los problemas de los cultivos ilícitos en el país de cara a las negociaciones de paz entre el Gobierno y las FARC, propuso este miércoles un cambio en el rumbo de la lucha antidrogas.

Con esta premisa, defendida por los diversos expertos invitados, comenzó hoy en Bogotá el «Foro sobre la solución al problema de las drogas ilícitas», en el que se dan cita un millar de participantes que durante tres días formularán sus aportes para después llevarlos a la mesa de diálogos que se celebra en La Habana.

Kathryn Ledebur, directora de la Red Andina de Información (AIN), con sede en la ciudad boliviana de Cochabamba, consideró fallida la llamada guerra contra las drogas, que se remonta a 1971 cuando el Gobierno del entonces presidente de EE.UU., Richard Nixon, la basó en la prohibición y el ataque a la producción.

Para Ledebur, esta corriente internacional de lucha antidrogas ha sido un «folclor» y un «fracaso» porque es complicado acabar con un producto como la droga cuando ese mercado está fuera del alcance del Estado.

En este sentido, el expresidente brasileño Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), líder de un grupo de exmandatarios e intelectuales latinoamericanos que defienden un cambio de estrategia antidrogas, pidió a los participantes en el foro a través de un vídeo que busquen «alternativas» a un flagelo que ha dejado mucho dolor.

Por su parte, el analista de seguridad de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA), Adam Isacson, recomendó ponerle fin a las fumigaciones de cultivos ilícitos que precisamente se intensificaron desde que entró en vigor el Plan Colombia, implantado por el Gobierno de Estados Unidos en 2001.

Isacson resaltó que entre 1996 y 2012 se fumigaron en Colombia 1,64 millones de hectáreas de cultivos ilícitos, lo que implica que una hectárea quedó erradicada cada 5 minutos y 29 segundos, y argumentó que estos riegos de herbicidas causaron innumerables daños medioambientales y sociales, pues dispararon también la violencia.

Según los datos revelados hoy por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Colombia ha dejado de ser el mayor productor mundial de coca, materia prima de la cocaína, al cederle el testigo a Perú, que con 60.400 hectáreas cultivadas en 2012 supera a su vecino por 12.400.

El problema de las drogas en Colombia se ha ubicado durante décadas «en el centro de gravedad del conflicto armado», argumentó el coordinador residente y humanitario de las Naciones Unidas en el país, Fabrizio Hochschild, durante la inauguración del foro.

Sin embargo, según el funcionario, las características del problema han cambiado.

«El desafío en Colombia ya no es el cultivo ilícito. Una gran preocupación es el uso de drogas», alertó, antes de advertir que los estudios sobre el uso de cocaína alguna vez en la vida arrojan un incremento del 0,8 % entre 1996 y 2008 entre la población colombiana.

«En comparación con la región andina, Colombia se ubica como primera en el consumo de cocaína entre los universitarios con 2,2 %», agregó Hochschild, afirmación que fue ratificada por la Directora del Observatorio de Derechos Humanos, Paz y Conflicto de la Universidad Distrital, Lilia Solano.

Solano explicó en declaraciones a Efe que «el control del negocio (de venta de drogas) en algunas universidades corre por parte del paramilitarismo» y alertó de que los denunciantes de este fenómeno han recibido amenazas.

Según Hochschild también ha cambiado la estructura del crimen organizado que vive del narcotráfico en Colombia, al pasar de grandes estructuras con capos reconocidos al mando a múltiples organizaciones sin cabeza visible por lo que «la amenaza está atomizada».

El problema de los cultivos ilícitos es el cuarto punto de la agenda de negociaciones de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno, y está muy relacionado con el primer punto acordado sobre el uso de la tierra y posibles alternativas en las siembras.

Aunque el Gobierno sostiene que las FARC tienen en el narcotráfico una fuente de ingresos, esta guerrilla ha explicado que su única relación con la droga es el cobro de un impuesto a los cultivadores que se encuentran en zonas de su influencia.

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