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Primer ministro libio recupera la libertad tras ser secuestrado por un antiguo grupo rebelde vinculado al Ministerio del Interior

Primer ministro libio recupera la libertad tras ser secuestrado por un antiguo grupo rebelde vinculado al Ministerio del Interior

El cuerpo de seguridad conocido como «La lucha contra el crimen» reivindicaron el secuestro y aseguraron que se trataba de una detención.


El primer ministro libio, Ali Zidán, secuestrado esta madrugada por un cuerpo de seguridad dependiente del Ministerio de Interior, ha sido liberado, anunció el portavoz del Gobierno, Mohamed Yehia Kaber, a la agencia de noticias libia, WAL.

«El primer ministro ha sido liberado y se encuentra en buen estado de salud», dijo el portavoz, que subrayó que Zidan no había sido puesto en libertad por sus captores, dando a entender que su liberación se produjo gracias a un intervención de las fuerzas de seguridad.

Su liberación se produce poco después de que el Ejecutivo libio exigiera el fin del secuestro en un comunicado leído por el ministro de Justicia, Salah al Margani.

«Los secuestradores tienen que asumir la responsabilidad legal, moral y nacional de la seguridad personal del primer ministro y la obligación de liberarlo inmediatamente», dijo al Margani.

Asimismo, el ministro condenó lo ocurrido, que calificó de «crimen» y de «secuestro» y subrayó que sus captores tendrán que responder por sus actos ante la justicia.

En el mensaje, el Gobierno pidió la unidad de todas las fuerzas políticas y civiles y aseguró que la situación de seguridad en Libia «está bajo control».

AL Margani explicó que el primer ministro fue secuestrado a primera hora de la mañana (en el hotel Corintia de Trípoli) por parte de un grupo de hombres armados con armas ligeras y de calibre medio a bordo de 15 vehículos.

El cuerpo de seguridad conocido como «La lucha contra el crimen», formado por antiguos rebeldes dependientes del Ministerio de Interior, reivindicaron el secuestro y aseguraron que se trataba de una detención.

Según los asaltantes, Zidán estaba acusado de atentar contra la seguridad del Estado.

Dos años después del triunfo del levantamiento popular armado que en 2011 puso fin al régimen de Muamar al Gadafi, el Gobierno libio sigue siendo incapaz de imponer su autoridad, en gran parte por la proliferación de armas y la existencia de milicias semiautónomas formadas por exrebeldes, así como por la debilidad de los aparatos de seguridad.

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