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Leith, el pueblo estadounidense que frustró un golpe neonazi

Leith, el pueblo estadounidense que frustró un golpe neonazi

Los supremacistas blancos querían tomar el control, pero los habitantes de este pequeño poblado de Dakota del Norte rechazaron los planes. Pero tal como relatan en este reportaje de la BBC, «la pesadilla» todavía no ha terminado.


Lo que Bobby Harper recuerda es que cuando conoció a su nuevo vecino en la pequeña comunidad rural de Leith, en Dakota del Norte, en EE.UU. pensó que era algo extraño.

Era un cálido atardecer del otoño de 2012 en la adormilada avenida principal del pueblo, un camino de grava que atraviesa los trigales bajo el cielo de las vastas Grandes Planicies.

«Me dijo: ‘Oye, ¿tienes tierra a la venta?'», recuerda Bobby Harper, el único residente negro del pueblo. «Yo le dije: ‘No'».

«Pero no terminaba de mirarme de frente. No podía ver su rostro y pensé que eso era raro».

Harper no lo sabía, y ningún otro residente lo sospechaba, pero el recién llegado era Craig Cobb, un notorio neonazi.

Subrepticiamente había estado comprando casas en el pueblo desde abril de ese año con la intención de convertirlo en un enclave de supremacistas blancos llamado Cobbsville.

Para los únicos 20 habitantes de Leith fue el comienzo de una pesadilla que todavía no termina.

Toma de control

Cobb, el hijo de un empresario multimillonario, huía de acusaciones de incitar odio en Canadá y cruzó la frontera hacia Dakota del Norte a principios de 2012.

En agosto, la organización de derechos civiles Southern Poverty Law Center, con sede en Alabama, dio a conocer el plan que Cobb, de 62 años, tenía en Leith.

El organismo publicó un informe detallando la adquisición de cerca de 12 terrenos baratos en el pueblo, ubicado 80 kilómetros al suroeste de la capital del estado, Bismarck.

La esposa de Harper, Sherrill, una ama de casa de 59 años, dice: «Sentí que era irreal. Leith, este poblado tan pequeñito. Ese hombre tenía grandes planes para tomar su control».

«Y debido a que yo era una blanca casada con un africanoestadounidense, no nos querían aquí».

Cuando su proyecto fue develado, Cobb comenzó a izar banderas nazis en su destartalada casa de dos pisos.

En un área del país donde mucha gente es de ascendencia alemana o rusa, la esvástica es algo que los residentes no están dispuestos a olvidar.

Cobb, mientras tanto, comenzó a repartir escrituras a algunos de los individuos más prominentes de la extrema derecha estadounidense, urgiéndolos a establecerse en Leith y a ayudarlo a obtener una mayoría electoral.

En septiembre, Sherrill Harper recibió una carta que decía: «¿Qué haces ‘casada’ con un negro?».

Ese mismo mes, un pequeño grupo de miembros del Movimiento Nacional Socialista, antes llamado Partido Estadounidense Nazi, viajó a Leith, invitado por Cobb, para participar en una reunión de la extrema derecha.

Pero el grupo fue superado en número por manifestantes, mucho de los cuales provenían de una reserva indígena cercana.

Cosas «agitadas»

Harper, un soldador de 53 años, cuenta que «las cosas estaban tan agitadas que estábamos considerando deshacer el pueblo, dejar que Cobb tomara el control».

«Realmente creí que (Cobb) pensaba que la gente de Leith se rendiría y se haría la muerta. Y pienso que quedó muy sorprendido cuando eso no ocurrió», agrega su esposa.

La lucha del pueblo comenzó con la creación de un sitio de internet para publicitar su predicamento, junto con un fondo de defensa legal.

Gregory Bruce, que estableció la página web, señala: «El impacto en Leith es que ha destruido la vida pacífica de todos».

«Esto ha causado que se sientan muy temerosos de un solo hombre. (Cobb) incluso ha amenazado con traer (ex) prisioneros de distintos estados. Es un zoológico. Lo llamamos el circo de los freaks«.

El autoproclamado miembro del movimiento skinhead (cabeza rapada) Kyan Dutton, de 29 años, y su novia, Deborah Henderson, de 22, respondieron al llamado de Cobb.

Se mudaron de Oregon a Leith a principios de noviembre.

A fines de ese mes, se tuvo que llamar a la policía para expulsar a Dutton del Ayuntamiento después de que, borracho, se lanzó vociferando con un lenguaje racista y obsceno.

Sherrill Harper recuerda la escena, la cual fue grabada y muestra a Dutton haciendo un saludo nazi y gritando: «Sieg heil», como un punto de inflexión.

«Pensé: ‘¿éste es el tipo de gente que va a controlar nuestro pueblo?’ Esto no era lo que quiero», dice.

El 16 de noviembre, Cobb y Dutton se se pasearon por el pueblo portando escopetas y gritando obscenidades. Los residentes alarmados llamaron a la policía.

En prisión

Ambos están ahora en custodia, cada uno enfrenta siete cargos de delitos de terrorismo y, si se les encuentra culpables, entre 10 y 35 años en prisión.

El pueblo, mientras tanto, contrató a un abogado para emitir citaciones que fuerzan a Cobb a renovar su casa, que no tiene agua corriente ni alcantarillado.

Su casa fue declarada legalmente no apta para habitación y otras dos propiedades que compró serán demolidas.

Deborah Henderson era la última aliada de Cobb que quedaba en Leith y abandonó el pueblo recientemente.

La BBC habló con ella poco antes de que se mudara.

Parada frente a la casa en ruinas de Cobb, donde vivía con sus tres pequeñas hijas, parecía una figura solitaria.

Pero pronto comenzó a elogiar la Biblia del Hombre Blanco, un texto racista y estridentemente antisemita.

Contó una antiparábola de una madre en la era de los pioneros que encuentra una serpiente de cascabel bajo la cama de su hijo en su cabaña en la frontera.

Cuando se le pregunta qué representa la serpiente, ella dice: «Multiculturalismo».

«Definitivamente apoyo todas las cosas que son buenas para la raza blanca», expresa.

Sobre su vecino afroamericano dice: «Honestamente estoy agradecida de que sólo haya uno. Sé que esto suena grosero».

En una breve entrevista telefónica desde la cárcel del condado de Mercer en Dakota del Norte, Cobb le dijo a la BBC que se había mudado a ese estado porque era «uno de los últimos bastiones arios» en Estados Unidos. El 90% de la escasa población del estado es blanca, según los censos.

Cobb pasó gran parte de la entrevista defendiendo su creencia de que hay una conspiración para que deje de existir la raza blanca.

Pero defendió su visión de Leith como «su derecho de asociarse libremente», y argumenta que el estado ha evitado que practique su «religión de consciencia racial».

Tom Metzger, un antiguo Gran Maestro del Ku Klux Klan, quien recibió de Cobb una propiedad en Leith, dice que el intento de tomar el control del pueblo ha fracasado.

El hombre de 75 años, de Warswaw, Indiana, dijo a la BBC: «Craig se dejó llevar».

«Le advertí que no llevara los nazis de estilo Hollywood, porque todos se volverían locos. Y eso fue exctamente lo que ocurrió».

Pero la gente de Leith no está satisfecha.

«Que Cobb esté en la cárcel no quiere decir que esto haya terminado», afirma Sherrill Harper.

«Sigo rezando para que sus planes fracasen».

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