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Argentina amplía acuerdo de precios por inflación y critica a Shell por alzas

Argentina amplía acuerdo de precios por inflación y critica a Shell por alzas

Los alimentos y el transporte público sufrieron incrementos en enero, pero las mayores subidas se registraron en productos importados, como los electrónicos o los electrodomésticos, y en el sector turístico, que valora en dólares los pasajes turísticos y traslada a diario su precio al equivalente en pesos.


El gobierno argentino anunció este lunes la extensión a todo el país de un programa de «precios cuidados» para productos básicos en un intento por frenar la inflación, a la vez que cargó contra la multinacional Shell por aumentar los valores de sus tarifas.

El acuerdo de precios para dos centenares de productos que regía en la capital argentina y la provincia de Buenos Aires se ampliará a supermercados de toda Argentina, según anunció hoy el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, que anticipó que el Gobierno trabaja para cerrar nuevos acuerdos en materiales de construcción y útiles escolares.

Capitanich, en su comparecencia diaria ante la prensa, también cargó contra la petrolera anglo-holandesa Shell, que elevó hoy un 12 % los precios en sus gasolineras de Argentina.

«La actitud de Shell y de su más alto directivo en la República Argentina siempre es conspirativa, siempre es atentatoria contra los intereses del país», denunció el funcionario.

«Me parece que solamente la codicia, que la estrategia de imponer condiciones y decisiones como grupo económico son los que los llevan a tomar este tipo de decisiones», agregó Capitanich, que ya había acusado a Shell de supuestas maniobras especulativas en los mercados para tumbar el peso argentino.

El presidente de la filial argentina de Shell, Juan José Aranguren, defendió el aumento en una emisora local y aseguró que los costes de la petrolera «aumentaron un 23 %» y sólo hicieron «un traslado parcial a los precios del 12 %».

Pese a los esfuerzos del Gobierno, el desplome del peso, que ha perdido más de un 22 % de su valor en el último mes, ha impactado en los precios que pagan los consumidores.

«El sistema de precios del Gobierno no da ningún resultado y seguramente no lo va a dar», denunció hoy el titular de la facción opositora de la Confederación General del Trabajo (CGT), Hugo Moyano.

Moyano destacó que más de medio millón de personas han caído en la pobreza en el último mes, según los datos del Observatorio Social de la CGT, que reflejan que 12,5 millones de argentinos, el 30,9 % de la población, no alcanzan a cubrir la canasta familiar básica, estimada por ese observatorio en 6.396 pesos (797,50 dólares).

Anticipándose a los datos oficiales, este organismo calculó que la inflación de enero fue del 4,26 %, por lo que Moyano afirmó que buscarán compensar la pérdida de poder adquisitivo en las próximas negociaciones paritarias, en las que se pactarán las subidas salariales para 2014.

Los alimentos y el transporte público sufrieron incrementos en enero, pero las mayores subidas se registraron en productos importados, como los electrónicos o los electrodomésticos, y en el sector turístico, que valora en dólares los pasajes turísticos y traslada a diario su precio al equivalente en pesos.

El sector energético, cuyas importaciones están nominadas en dólares, es uno de los más afectados por la depreciación de la moneda argentina.

Cálculos de expertos indican que, tras la devaluación, el ya de por sí abultado coste de las importaciones energéticas del Estado argentino crecerá un 45 % sobre el precio promedio de las compras del año pasado, que totalizaron cerca de 13.000 millones de dólares.

Necesitado de divisas extranjeras, el Gobierno argentino se reunió hoy con las principales empresas agroexportadoras del país para instarles a liquidar los cereales almacenados antes de la próxima cosecha.

Tras el encuentro, Capitanich subrayó a través de la red social Twitter que «existen condiciones objetivas para la liquidación de la cosecha acumulada en forma inmediata» y destacó que las perspectivas de la cosecha futura «son auspiciosas».

El Ejecutivo encabezado por Cristina Fernández confía en que la situación mejore con la liquidación de las exportaciones de soja, al menos de 8 millones de toneladas, lo que equivaldría a unos 4.000 millones de dólares, una cantidad suficiente para dar aire a la economía por unos meses.

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