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Miles de nuevas fotos corroboran más muertes en prisiones del gobierno sirio

Miles de nuevas fotos corroboran más muertes en prisiones del gobierno sirio

Frente a toda esta serie de horrores, la comisión de Naciones Unidas que investiga estos casos reiteró su posición de que este conflicto sólo puede parar a través de un arreglo político negociado, que comprenda el procesamiento de los responsables de los peores crímenes.


La comisión de la ONU que investiga los crímenes perpetrados en la guerra civil de Siria reveló este martes que ha recibido miles de nuevas fotografías que atestiguan la muerte extremadamente cruel de personas recluidas en centros de detención controlados por el Gobierno del presidente sirio, Bachar Al Asad.

«Hemos recibido recientemente miles de fotografías de cuerpos de personas supuestamente asesinadas mientras estaban bajo custodia del Gobierno. Muchos de los cuerpos eran esqueléticos, lo que indica muerte por inanición», declaró hoy el presidente de esa comisión, compuesta por eminentes juristas, Sergio Paulo Pinheiro.

«Casi todos (los cuerpos retratados) tenían marcas de terribles abusos, como estrangulación, mutilación, heridas abiertas, quemaduras y contusiones», agregó tras presentar un informe sobre lo ocurrido en los últimos tres meses de guerra civil en Siria.

Tales métodos de tortura coinciden con otros que la comisión documentó anteriormente en el conflicto sirio, que nació de una revuelta popular pacífica en marzo de 2011 que fue violentamente reprimida por las fuerzas gubernamentales.

El análisis preliminar de una pequeña parte de las fotos recibidas por la comisión indican que fueron tomadas dentro de instalaciones militares, se lee en el informe presentado hoy por la comisión al Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

El brasileño Pinheiro sostuvo que las informaciones sobre muertes en detención, particularmente en centros de la ciudad de Damasco, «han aumentado dramáticamente», con testimonios directos de exprisioneros que estuvieron en celdas con otros detenidos torturados o muertos por no haber recibido atención médica.

Transcurridos más de tres años desde el inicio del conflicto armado, la comisión constató que «el uso de la tortura en recintos militares y de seguridad continúa siendo generalizado y sistemático».

Para ello -precisa el informe- se golpea salvajemente a los detenidos, se les electrocuta o se les cuelga de las paredes.

También de los centros de detención para mujeres surgen denuncias de atrocidades, que en este caso se centran en «asaltos sexuales» contra las detenidas, una práctica brutal que también se registra en puestos de control gubernamentales.

Sobre las razones por las que la crueldad en esta guerra parece aumentar en lugar de disminuir, Pinheiro responsabilizó a las autoridades de los países que proveen de armamento y otros recursos tanto al Gobierno sirio (con envíos masivos de artillería y aviones), como a los grupos armados rebeldes.

«No es un secreto el porqué la situación es peor. Se debe a que las partes (que se enfrentan) siguen recibiendo más armas», declaró.

Agregó, contundente, que «todos los Estados que cooperan dando recursos de cualquier tipo a los combatientes de cualquier bando también son responsables de crímenes de guerra y de graves violaciones a los derechos humanos».

Sin embargo, el apoyo económico, a través de entrenamiento o de otro tipo, no llega únicamente de Estados, sino también de «muchos individuos», precisó la jurista Karen Abu Zayd, también miembro de la comisión.

El equipo de investigadores responsabilizó igualmente de numerosos crímenes a los grupos rebeldes, a los que acusa de atacar indiscriminadamente a poblaciones civiles en áreas controladas por el Gobierno, de utilizar coches-bomba, de la toma de rehenes y de efectuar ejecuciones públicas.

Al referirse a la gravedad de los abusos de una y otra parte, Pinheiro dijo que «esto no es un concurso para ver quién es más cruel», aunque reconoció que las fuerzas del Gobierno y sus aliados cuentan con «una fuerza de combate superior».

«Los rebeldes también han cometido crímenes de guerra en áreas que controlan en el norte de Siria, asesinatos, ejecuciones, torturas, secuestros y ataques contra objetos protegidos (como vehículos o instalaciones humanitarias)», detalló.

Otro aspecto que revela el informe de la comisión tiene que ver con «el marcado aumento de ataques contra escuelas en funcionamiento» y que resultan en la muerte y mutilación de niños.

Frente a toda esta serie de horrores, la comisión reiteró su posición de que este conflicto sólo puede parar a través de un arreglo político negociado, que comprenda el procesamiento de los responsables de los peores crímenes.

Si esto llega a suceder en algún momento, la documentación y evidencias que desde septiembre de 2011 reúne la comisión de la ONU constituirán las pruebas más importantes.

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