Mientras la Santa Sede lamenta su pérdida de autoridad moral, una encuesta revela que sus fieles tienen serias diferencias con su doctrina.
Es un hecho que el Papa Francisco está llevando a cabo acciones que nunca antes realizó otro sumo pontífice. Y el pasado miércoles en el Vaticano presentó el resultado de una encuesta mundial que él mismo encargó para conocer la opinión de los propios católicos sobre temas que mantienen complicada a la Iglesia.
Según detalló el diario El País, la encuesta revela que los fieles tienen serios reparos con la doctrina que la Iglesia promueve en torno a la familia y sobre aspectos como el control de la natalidad, el divorcio y casarse por segunda vez. También con la homosexualidad, las relaciones prematrimoniales y la fecundación in vitro. Otra de las conclusiones a que se llegó fue que los católicos están de acuerdo con la postura del Papa cuando, de regreso de Brasil, dijo “¿quién soy para juzgar a los gays?”.
La iniciativa de Francisco nació a fines del año pasado y se materializó cuando el Vaticano envió a las diócesis de todo el mundo 38 preguntas, muy concretas, las que registraron las visiones e inquietudes de los católicos de hoy. A través de ellas se pudo saber, por ejemplo, que los fieles consideran que los homosexuales deben ser acogidos con “respeto, compasión y delicadeza”, evitando “todo signo de discriminación injusta”.
Hay un punto del informe que refleja cierto malestar de los devotos con algunos pastores, pues citan los escándalos sexuales, la pederastia, la incoherencia de algunos curas que no esconden una vida lejana a los votos de pobreza, etc. Las opiniones llegaron desde parroquias, movimientos eclesiásticos, colegios y universidades católicas y con ellas se elaboró un documento de 77 páginas –Instrumentum laboris— presentado por el cardenal Lorenzo Baldisseri, sobre el que tendrán que trabajar todos los obispos en un sínodo extraordinario el próximo mes de octubre.
Aunque en el tema homosexual la Iglesia se muestre más abierta que antes, se niegan rotundamente a redefinir el concepto de matrimonio, ya que al igual que sus fieles consideran que sólo es entre un hombre y una mujer. Con la adopción de niños piensan igual, pero si los padres de homosexuales piden el bautismo de sus hijos, «deben ser acogidos con la misma atención y ternura que el resto de los menores”, afirmaron.
