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Portugal se despide del ex Presidente y Primer Ministro Mário Soares, su más obstinado demócrata

Portugal se despide del ex Presidente y Primer Ministro Mário Soares, su más obstinado demócrata

El ex Presidente y Primer Ministro socialista luchó contra la dictadura derechista de Salazar e impidió que los comunistas de Álvaro Cunhal instalaran un régimen a la soviética. Fue vital en la entrada de Portugal a la Unión Europea.


Los portugueses comenzaron a despedirse hoy del político que marcó un antes y un después en la historia democrática del país, el carismático expresidente socialista Mário Soares, cuya capilla ardiente ha sido instalada en el Monasterio de los Jerónimos de Lisboa.

Ese fue el destino final del cortejo fúnebre que hoy recorrió el centro de la capital lusa custodiado por una escolta de honor y con los aplausos de los ciudadanos.

El cortejo que precedió al que será el primer funeral de Estado en Portugal desde la Revolución de los Claveles de 1974 estuvo marcado por las muestras de cariño y agradecimiento de los ciudadanos desde su inicio en la residencia del expresidente, en el barrio de Campo Grande.

Decenas de personas se reunieron allí a primera hora de la mañana con pancartas que recordaban el lema con el que Soares venció las elecciones a la Jefatura de Estado en 1986, «Soares é fixe» (Soares es chévere), una frase que hoy se repitió junto a la de «Obrigado (gracias) Mário Soares» o «Soares, amigo, el pueblo está contigo».

Todos, independientemente de ideologías políticas, rinden homenaje al que consideran uno de los padres de la democracia lusa.

Le atribuyen ese papel, entre otras muchas razones por su actividad política durante el Estado Novo, periodo en el que su oposición a la dictadura le llevó hasta en doce ocasiones a la cárcel, donde llegó a casarse, y por fundar el Partido Socialista en la clandestinidad, en 1973.

Obstinado y enormemente carismático, encabezó el primer Gobierno de la democracia portuguesa y, tras ocupar el cargo de primer ministro en tres ocasiones, se convirtió en presidente en 1986 demostrando en campaña lo que sus compatriotas comentaban en la calle: Soares es chévere.

Por eso, hoy muchos salieron a los balcones y bajaron a la calle para despedir con este eslogan el féretro, que recorrió las principales avenidas de Lisboa, algunas con grandes fotografías del expresidente.

Uno de los momentos más emotivos tuvo lugar en la plaza del Municipio, frente al Ayuntamiento, donde el acompañamiento motorizado fue sustituido por casi cien jinetes de la escolta de honor de la Guarda Nacional República.

En la misma plaza donde se proclamó la República, los restos de Soares fueron ovacionados por ciudadanos, autoridades políticas y familiares, que vieron cómo el féretro fue transportado del coche fúnebre a un carruaje tirado por cuatro caballos.

Sobre él, de forma simbólica, el alcalde de Lisboa, Fernando Medina, depositó un clavel rojo, símbolo de la revolución de 1974, gesto que provocó más aplausos y con el que comenzó el recorrido final hasta el Monasterio de los Jerónimos.

La escena convocó a numerosos lisboetas al paso del cortejo de los restos de un hombre que fue prácticamente todo dentro de la política del país, en el que hoy comienzan tres días de luto nacional.

Su talante cercano, su espontaneidad, dejó muchas anécdotas a los portugueses, que ven a Soares como uno de los políticos más queridos del país y su muerte, a los 92 años, como el fin de una era.

Algunas de esas historias salpicaron los informativos especiales que acompañaron su cortejo fúnebre hasta los Jerónimos, donde llegó rodeado de una fuerte ovación.

Allí el féretro fue recibido por el jefe del Estado, Marcelo Rebelo de Sousa, el presidente del Parlamento, Eduardo Ferro Rodrigues, y la ministra de Presidencia, Maria Manuel Leitão Marques, en representación del primer ministro, António Costa, quien se encuentra de visita oficial en la India.

Finalmente, al son de una marcha fúnebre y seguido por sus familiares, el féretro fue llevado hasta la capilla ardiente, instalada en la Sala de los Azulejos del monasterio y no en la iglesia, debido al carácter «laico» del expresidente, un rasgo que él mismo usaba para definirse junto al de «republicano» y «socialista».

Las ofrendas florales y las insignias que recibió en vida en reconocimiento a su dilatada carrera política custodian el féretro, que permanecerá allí hasta mañana por la tarde, cuando será trasladado al Cementerio de los Prazeres.

Allí tendrá lugar el funeral, al que asistirán, entre otras autoridades, los presidentes de Brasil, Michel Temer; Guinea Bissau, José Mário Vaz, y Cabo Verde, Jorge Carlos Fonseca.

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